Foto: Javier Velázquez /Contramuro

Morelia, Michoacán.- Un escenario fuera de lo convencional, entre paredes roídas por la pasión de sus actores, acompañado de una actuación que provocó una atmósfera de muecas, sonrisas, enojo, tristeza y preocupación entre los asistentes, así fue como se vivió la puesta en escena de “Pura muerte pura”, que se presentó en Foro 4.

Foto: Javier Velázquez /Contramuro

El olor ha copal invade toda la azotea de un casa que funge como consultorio homeópata, en una vecindad, y al final de ésta, en un piso olvidado, el Foro 4.

Las constancias, los póster, los carteles de obras pasadas, pintan las paredes negras que crean un ambiente tranquilo y acogedor. “Sufre mamón, devuelve a mí chica”, suena de fondo.

El alcohol se encuentra impregnado en los sillones viejos que funcionan como asientos y bancas, algunos de ellos tienen la leyenda “RESERVADOS”, advirtiendo que los mejores ya tienen dueños.

Caras maquillas emulando a la muerte; el miedo de aquellos que se encuentran en un plano diferente a nosotros y nos visitan los días estipulados por los dioses.

Foto: Javier Velázquez /Contramuro

Mientras tanto, jóvenes actores, proyectaban en sus voces ese dolor de haber partido. Sus ropas blancas representaban ese cuerpo inerte de aquellos que alguna vez fueron nuestros seres queridos.

La parca en el centro del escenario, mostró su poder, ese gran poder que conduce a las almas por el sendero del panteón, entre tumbas llenas de flores y comida para ellos.

La oscura escena sólo era interrumpida por las luces en sus caras, como fuegos artificiales inundan los rostros de aquellos que velamos a nuestros difuntos.

Durante hora y media, los esqueletos blancuzcos tejían con sus dolorosas voces el guión de una obra que había sido dedicada a la muerte, próxima a visitarnos.

Foto: Javier Velázquez /Contramuro

Aquellos que apreciaban la escena, se mantenían callados, expectantes de lo que pasaría, al seguir con el guión, la escena terminó con el humo de copal rodando a los asistentes y un inmenso dolor de abrazar a los que se fueron.