Resolver las desigualdades sociales, políticas y de pobreza en América Latina, fue la petición del Papa Francisco en su mensaje Urbi et Orbi
Ciudad de El Vaticano.- El superar las disensiones sociales y políticas y luchar contra las distintas formas de pobreza que dijo, ofenden la dignidad de las personas, fue la petición del Papa Francisco para América Latina, en su mensaje navideño “Urbi et Orbi” este 25 de diciembre; tampoco dejó de mencionar los conflictos bélicos en distintas partes del mundo, especialmente en Ucrania/Rusia y Palestina/Israel.
“Al Hijo de Dios, un Niño Humilde, le pido que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, para hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas; a luchar contra las formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, a resolver las desigualdades y afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones”.
Francisco, no dejó de mencionar a los niños, los “más inocentes” que muchas veces han muerto por falta de agua y de pan. Y pidió a Dios Niño, “por aquellos que no logran encontrar trabajo o lo han perdido; por quienes se ven obligados a huir de la propia patria en busca de un futuro mejor, arriesgando la vida en viajes extenuantes y a merced de traficantes sin escrúpulos”.
Como es característico en sus mensajes navideños de Urbi et Orbi, el Santo Padre hizo un clamor por el fin a los conflictos bélicos que aquejan en todo el mundo: “que se convierta el corazón para poder decir no a la guerra y sí a la paz” y con ese contexto, expresó que es necesario que los líderes de cada Nación, que digan “no a la guerra”, que no es más que un “viaje sin meta, una derrota sin vencedores y una locura sin excusas”.
Habló en particular de los conflictos bélicos que hay entre Israel y Palestina, donde la guerra sacude la vida de esas poblaciones y que no se siga alimentando la violencia y el odio; Rusia y Ucrania; Siria, Yemen y el Líbano; Armenia y Azerbaiyán, para el que dijo “que se favorezcan la prosecución de las iniciativas humanitarias, el regreso de los desplazados a sus hogares de manera legal y segura, y el respeto mutuo de las tradiciones religiosas y de los lugares de culto de cada comunidad”.
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Y finalmente, habló para no olvidar las “tensiones” y conflictos en las regiones del Sahel, el Cuerno de África y Sudán, como de Camerún, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Y no dejó de mencionar a Corea: “Que llegue el día en el que se consoliden los vínculos fraternos en la peninsula coreana, abriendo vías del diálogo y reconciliación que puedan crear las condiciones para una paz duradera”.