La reunión entre la presidenta Sheinbaum y Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo, fue facilitada por Cárdenas Batel, durante la cual se definió la aplicación del Plan Michoacán en Uruapan.
Ciudad de México.-El jefe de la Oficina de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel, fue el operador que facilitó el primer contacto entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y Grecia Quiroz, viuda del alcalde asesinado de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez.
La interlocución se concretó a través del exdiputado federal Mariano Sánchez, integrante del círculo político más cercano del edil independiente.
De acuerdo con fuentes políticas, la comunicación se llevó con reserva y precisión, en un proceso que permitió abrir un canal directo con la mandataria federal tras el crimen que cimbró a Michoacán.
Mariano Sánchez, quien se desempeñaba como coordinador de asesores en el Ayuntamiento de Uruapan, articuló la comunicación con Cárdenas Batel y posteriormente con la Presidencia de la República, además de que fungió como interlocutor clave con el secretario nacional de Seguridad, Omar García Harfuch.
Esa gestión derivó en la reunión privada sostenida este martes en Palacio Nacional entre Sheinbaum y Grecia Quiroz.
Según versiones consultadas, en ese encuentro se habría definido la coordinación para la implementación del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, particularmente en el municipio de Uruapan, considerado uno de los puntos prioritarios por su nivel de conflictividad y presencia de grupos delictivos.
Desde ese momento, apuntan las fuentes, la presidenta ya tenía conocimiento de que Grecia Quiroz asumiría la titularidad del gobierno municipal.
La viuda del alcalde salió del recinto sin ofrecer declaraciones y, al día siguiente, este miércoles, rindió protesta como presidenta municipal de Uruapan ante el Congreso del Estado, formalizando el relevo político tras el asesinato de Carlos Manzo Rodríguez.
El encuentro con la presidenta es interpretado como una señal de respaldo institucional y de alineamiento estratégico con la federación, en un momento clave para la reconstrucción del orden local y la definición de la política de seguridad en la región.
La operación confirma el peso político que mantiene Lázaro Cárdenas Batel dentro del entorno presidencial, así como su papel en la articulación de temas sensibles para Michoacán, donde continúa operando como un interlocutor de confianza en los movimientos de mayor cuidado político.