Psicólogos e investigadores afirman que los chismes son una necesidad del ser humano
Ciudad de México.-Los chismes son una necesidad humana, así lo considera el psicólogo Jan Engelmann, de la Universidad de California en Berkeley.
De acuerdo con información expuesta por Forbes México, el psicólogo indicó que a través del chisme se aprende quién podría ser un buen socio de cooperación y de quién se debe mantener alejado.
De igual forma, varios psicólogos han indicado que entre el 65 y90 por ciento de las conversaciones diarias de las personas son entorno a personas que no están presentes, el grupo de especialistas indicó que las personas chismorrean con un entusiasmo que puede competir con el que se presenta por la comida o bien el sexo.
Pero de acuerdo con un estudio holandés, se estima que hay pocas personas que les gusta admitir que les gusta el chisme, o chismear,ya que en la mayoría de sociedades está mal visto hablar mal de la gente, el estudio, señala que los chismes son en ocasiones comportamientos egoístas, que tienen como fin manipular a los demás de forma maliciosa.
Lo expuesto por Forbes México indica que hablar mal de la gente ayuda a decidir quién formará parte de cierto círculo de una persona, sino que también fortalece los lazos sociales entre los denominados chismosos dentro de un grupo.
El medio explica que dentro de una comunidad afianzada existen chismes pero indica que quien ropa las reglas del mismo por objetivo personal se arriesga a que el resto hable mal de él.
Los científicos han detectado circunstancias que motivan a personas a contar chismes, por ello señalan que se hace no solo por información útil, sino porque estos sirven para manipular.
Obtuvieron como resultado que si se habla mal de un tercero, esto influye en la opinión que se tiene sobre dicha persona, pero también los chismes ayudar a pasar un rato agradable al compartirlo como distracción.
Uno de las conclusiones del estudio holandés, es que quizás a gran parte de las personas no les gustan los chismes, porque no les gusta que otros digan información o cosas personales, lo cual representa que el control de la reputación no se tiene, sino que puede ser manejada por otros.