Foto: Francisco Garfias

El pleito entre Ricardo Anaya y El Universal trajo a mi mente el libro Cinco esquinas, que escribió el peruano Mario Vargas Llosa.

La historia contiene un vibrante retrato de cómo el expresidente de Perú Alberto Fujimori y su siniestro asesor, Vladimir Montesinos, utilizaban a la prensa para destruir reputaciones de críticos y opositores en aquel país.

No estoy diciendo que lo mismo ocurre en México. Dios me libre de hacer semejante comparación. Sólo señalo que el hecho me recuerda esa magistral novela de uno de los más grandes de la literatura latinoamericana.

Ayer le hice guardia a Ricardo Anaya en el Senado. Era el personaje del día en la Cámara alta, a pesar de que por allí desfilaron tres presidenciables del PRI: José Antonio Meade, Aurelio Nuño y Enrique de la Madrid.

Los tres asistieron a la reunión plenaria de ese partido rémora del tricolor que es el Partido Verde.

El jefe panista fue a la plenaria de sus senadores. El grupo parlamentario que encabeza Fernando Herrera cerró filas con él.

Hicieron a un lado diferencias políticas. Morenovallistas, calderonistas y anayistas respaldaron al jefe nacional del azul en su diferendo con el periódico.

Ernesto Cordero fue el senador ausente. “Su mamá está en el hospital”, nos dijo Mariana Gómez del Campo.

El joven maravilla ofreció allí mismo una concurrida rueda de prensa para responder a lo publicado por El Universal sobre el crecimiento supuestamente irregular del patrimonio de su familia política.

En los últimos 14 años, el patrimonio de la familia de su esposa llegó a 303 millones de pesos, valor de sus propiedades, que pasaron de seis a 33, todo de la mano de Ricardo Anaya, según el diario.

Hace 14 años Anaya tenía apenas 24 años. Era coordinador de desarrollo humano del gobierno de Querétaro.

¿Ya tendría capacidad para ese tráfico de influencias que se sugiere en la nota? Es pregunta.

En la rueda de prensa, Anaya se echó pa’delante:

“El día de ayer, la Suprema Corte de Justicia tomó una decisión de altísima trascendencia: quedó validado el derecho de réplica. Les informo que lo voy a ejercer. Voy a demandar a El Universal el derecho de réplica.

“Cuando lo gane, implicará que tendrán que publicar, en el mismo espacio —la principal—, la versión correcta, real, verdadera, que voy a plasmar en mi demanda”, dijo.

Anaya está convencido de que el escándalo es una represalia al resolutivo unánime del PAN de respaldar la iniciativa del Ejecutivo para eliminar el famoso “pase automático” del actual procurador a la Fiscalía General, por un periodo de nueve años.

Le preguntamos a Emilio Gamboa si hay voluntad en el PRI de llevar al periodo extraordinario la “iniciativa de la simulación”—así la llamó el joven maravilla— para eliminar el citado pase automático.

“Eso es lo que se va a discutir en la Plenaria”, evadió el coordinador de los senadores del PRI.

El reportero está convencido de que a Anaya le detonaron el escándalo no sólo por el pase automático, sino por las elecciones de 2018.

La estrategia del PRI-gobierno es similar a la que se utilizó en el Estado de México con Josefina Vázquez Mota.

La mujer encabezaba todas las encuestas de cara a la elección de gobernador. Había que bajarla. Le detonaron un escándalo similar. A su padre y seis hermanos los involucraron, a ocho columnas, en lavado de dinero.

Eso y los brazos caídos de los panistas mexiquenses la mandaron al cuarto lugar.

“El PRI quiere a toda costa arrancar el proceso en segundo lugar” (detrás de Morena), coincidió una fuente del blanquiazul.

A partir de que en este espacio escribimos que a Carlos Slim le gustaría que José Narro fuese Presidente de México, hemos recibido diversas reacciones. Una de ellas proviene de una fuente impecable.

Nos cuenta que el otrora hombre más rico del mundo hace cada año un encuentro empresarial privado con los hombres más ricos de América Latina y celebridades.

Al último de esos cónclaves, celebrado hace meses, asistió el escritor Mario Vargas Llosa. Allí se habló de las elecciones en México.

Una fuente de toda nuestra confianza nos dijo que, en ese cónclave, el autor de La Fiesta del Chivo fue más allá del conocido eslogan: “López Obrador es un peligro para México”. Dijo que es un peligro para América Latina.

Recurrimos a la magia de Google para buscar más vínculos entre el empresario y Narro. Nos encontramos un texto de Diego Osorio escrito en SDP Noticias el pasado 29 de junio.

El joven escritor, biógrafo de Slim, cuenta en SDP Noticias que frente a diversos grupos cerrados, el próspero empresario ha mencionado sus simpatías por una posible candidatura presidencial del actual secretario de Salud.

“Lo define —Slim a Narro— como una persona honesta que además fue gran rector de la Universidad Nacional Autónoma de México”, escribe Diego.

Y añade: “uno de los atributos que destaca Slim es que este médico nacido en Coahuila, siendo jefe de la máxima casa de estudios, impidió que se fuera a huelga tras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa”.

Otro empresario fuerte que habló del 2018, pero sin dar color sobre los candidatos, es Carlos Hank González, presidente de Banorte.

Dice que México está preparado para ese año electoral porque tiene instituciones sólidas, estabilidad macroeconómica, reformas en marcha y mexicanos fuertes.

“Hay que creérsela por México”, subrayó Hank.

Me choca recordarlo, pero lo escribí en este espacio desde el sábado pasado, antes de la famosa encuesta de Morena: “No se equivoquen, es Claudia Sheinbaum”.

¿Bola de cristal?  No… “Dedocracia”, sí.

Ricardo Monreal tendrá que valorar las ofertas que le han hecho. Su compromiso de lealtad con Andrés quedó saldado. Ojalá no lo lleve a convalidar el simulacro.