Sin machetes ni alcohol, los toritos se viven mejor
Foto: Javier Velázquez/ Contramuro

Durante más de tres horas, los morelianos disfrutaron de los diferentes toros de petate que desfilaron por la avenida Madero

Morelia, Michoacán.- Decenas de morelianos se dieron cita esta mañana, para disfrutar de el tradicional desfile de toritos que a lo largo de varias cuadra y con el sonar de la banda, exhiben sus colores chillantes y sus monumentales estructuras.

Los niños, ya armados con sus cascarones rellenos de confeti, prepararon su puntería para lanzar su mejor tiro y estampar contra aquel toro, el colorido huevo, salpicando a todos los acomapañantes del colorido papel.

Foto: Javier Velázquez/ Contramuro

Este año, las autoridades municipales sugirieron a los participante que los machetes fueron sustituidos por cetros de madera y unicel, así como el alcohol por coca cola y mucha agua, siendo acatada la sugerencia, en gran parte de ellos.

La gente comentaba mientras veían pasar a los más de 60 toros de petate, que esperaban, la medida antes mencionada, llegara a todas las colonias para evitar algún tipo de problema señalando que “Sin alcohol ni machete, los toros se viven mejor”.

Provenientes de la gran mayoría de las colonias de Morelia, las personas emocionadas por ver su tradición, su cultura, bailaban al son de “Toro pinto”, la clásica melodía par levantar los ánimos.

Ni la multitud, ni el embravecido calor, hicieron que aquella algarabía descendiera, algunos hombres cansados por el peso de aquella estructura, se dejaron vencer y el toro casi termina en el pavimento caliente, pero ellos no vienen solos y los refuerzos salieron al “quite”, para levantarlo.

Foto: Javier Velázquez/ Contramuro

Tan sólo una estela de “espuma” y confeti, fue el saldo de aquella marcha por la conocida avenida, los asistentes comenzaron a seguir a los últimos toros que desfilaban con toda la energía de haber esperado su turno.

Mientras que los primeros, se retiraban a casa en una fiesta llena de colores, eso si, para reporner las fuerzas del largo trayecto, algunos participantes pasaron a las tiendas Oxxo, esta vez, no por agua y mucho menos por coca, sino por un seis de cervezas.