Foto: Raúl Tinoco

La dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigió la inmediata intervención del gobierno federal, ante la sequía que enfrenta el lago de Cuitzeo, un cuerpo de agua que de ser considerado el segundo más grande de México, se ha convertido en un terreno cargado de infecciones para quienes habitan en zonas aledañas al mismo.

“Las tolvaneras son originadas por una catástrofe ambiental que llevó a que el segundo lago más grande de México se secara gracias a más de 20 años de abandono e indiferencia de las autoridades federales y a la deforestación para dar paso a tierras agrícolas”, dijo en rueda de prensa el líder del perredismo en Michoacán, Carlos Torres Piña.

Habló de deforestación por actividades agrícolas, debido a que actualmente 100 mil hectáreas de suelo se utilizan de manera ilegal en el campo michoacano, de las cuales 60 mil corresponden a la siembra de aguacate y berries.

Incluso, subrayó que a consecuencia de esta situación, los gobiernos estatal y municipal se han visto rebasados para poder hacer frente a la sequía que enfrenta el lago de Cuitzeo, por lo cual se resaltó la urgencia de que la Federación intervenga a la brevedad.

“Por eso, el llamado es para la Federación, a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, específicamente a los titulares de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Oswaldo Rodríguez Gutiérrez y Osvaldo Fernández Orozco respectivamente, para que atiendan esta problemática y no dejen solo al Gobierno del Estado y a sus dependencias en esta problemática”, enfatizó.

El dirigente perredista subrayó la necesidad de que la Conagua “revise y regule todos los canales de riego que continúan con la extracción de agua del lago; y a la Conafor para que implemente un programa especial de reforestación, y persiga los delitos de tala ilegal que se dan en esta cuenca”.

Por último, Carlos Torres Piña subrayó que ante el olvido que enfrenta el cuerpo de agua en cuestión, otros como el Lago de Pátzcuaro son respaldados con apoyos federales que ascienden a 650 millones de pesos anuales.