Trump firma orden para acción militar contra cárteles de Latinoamérica, redefiniendo la lucha antidrogas como una guerra contra el terrorismo.
Estados Unidos.-En un movimiento que redefine la política de Estados Unidos frente al narcotráfico, el presidente Donald Trump ha firmado en secreto una orden ejecutiva que autoriza al Pentágono a usar fuerza militar directa contra cárteles de Latinoamérica, ahora designados como organizaciones terroristas extranjeras.
Esta medida proporciona una base legal para que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos lleven a cabo operaciones militares en el extranjero, tanto en mar como en tierra, contra grupos criminales como el Cártel de Sinaloa, el CJNG, la Familia Michoacana, el Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha (MS-13). Este enfoque significa un cambio radical de la aplicación de la ley a una estrategia de combate militar, con implicaciones legales aún debatidas, como el riesgo de “ejecuciones extrajudiciales” si se ataca a sospechosos sin amenaza inmediata.
Las operaciones podrían llevarse a cabo en países extranjeros, incluyendo México, Venezuela y otras naciones de la región. La clasificación como terroristas se basa en la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Expertos advierten que, sin el consentimiento de los países involucrados, estas acciones podrían ser ilegales. Tropas en Fort Bliss, Texas, ya están evaluando posibles escenarios de despliegue.
Desde su primer mandato, Trump ha mantenido una postura agresiva contra el narcotráfico. Entre 2017 y 2021, promovió la construcción de un muro fronterizo, el uso de la Guardia Nacional, presión diplomática sobre México y la operación “Crystal Shield” para frenar la metanfetamina. Durante esos años, se lograron extradiciones clave como las de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Rubén “El Menchito” Oseguera.
En su segundo mandato, iniciado en 2025, Trump ha intensificado la ofensiva con aranceles a México, Canadá y China por su supuesta complicidad en la crisis del fentanilo. Su discurso se ha vuelto más agresivo y la estrategia se ha militarizado.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado la propuesta de Trump para permitir operaciones militares conjuntas en territorio mexicano. Aunque ha cooperado con Estados Unidos en inteligencia y extradiciones —incluyendo el envío de 29 líderes de cárteles y el desmantelamiento de más de mil laboratorios de drogas sintéticas—, ha dejado claro que no aceptará subordinación ni intervenciones unilaterales.
El sobrevuelo de drones de la CIA y aviones de reconocimiento cerca de las costas mexicanas ha incrementado la preocupación por una posible escalada militar.
En Venezuela, el Cártel de los Soles, vinculado al presidente Nicolás Maduro, ha sido incluido en la lista de organizaciones terroristas. Estados Unidos ha duplicado la recompensa por su captura a 50 millones de dólares. La ONU y expertos en derecho internacional advierten que estas acciones podrían vulnerar tratados internacionales, como ocurrió con la invasión a Panamá en 1989.
La nueva directiva de Trump marca un punto de inflexión en la política antidrogas de Estados Unidos, con efectos diplomáticos, legales y humanitarios. Mientras Washington se prepara para una ofensiva militar, América Latina enfrenta el dilema de colaborar o resistir ante una estrategia que redefine la lucha contra el narcotráfico como una guerra contra el terrorismo.