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Estados Unidos. Donald Trump dio ayer por la noche un giro en su discurso respecto al Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).

El mandatario estadounidense sostuvo conversaciones telefónicas con sus homólogos de México y Canadá, Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau, a los que aseguró que no sacará a su país del acuerdo comercial.

El presidente Donald Trump “aceptó no terminar el TLCAN en este momento y los gobernantes acordaron proceder rápidamente (…) para permitir la renegociación del acuerdo en beneficio de los tres países”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

“Es un privilegio para mí poner el TLCAN al día a través de su renegociación. Es un honor tratar con el Presidente Peña Nieto y con el primer ministro Trudeau, y creo que el resultado final hará que los tres países sean mejores y más fuertes”, apuntó Trump.

Las llamadas telefónicas entre los mandatarios se efectuaron luego de que por la mañana de ayer se conociera que la Casa Blanca estudiaba retirarse unilateralmente del TLCAN.

De acuerdo con el portal Político, que fue el primero en dar a conocer la noticia, el Gobierno de Trump se encontraba en el análisis de un borrador de una orden ejecutiva para abandonar el acuerdo comercial. Este borrador habría sido redactado por Peter Navarro, director del Consejo Nacional de la Casa Blanca, y Steve Bannon, estratega principal de Trump.

La noticia mañanera provocó que, luego de varias semanas de calma en los mercados, el peso volviera a un escenario bajista y terminara la jornada cambiaria en 19.50 unidades por dólar, 30 centavos más que el martes.

Durante su campaña por la presidencia, y en sus casi 100 días de Gobierno, Trump había calificado al TLC como un “desastre” y un “pésimo acuerdo” para la economía estadounidense, porque motivó una enorme transferencia de puestos de trabajo a México y Canadá.

Incluso había amenazado con imponer tarifas a los automóviles armados en este país para el mercado estadounidense, un mecanismo cubierto específicamente por el TLC, pero en los últimos días el mandatario se centró en acusar a Canadá de perjudicar a los agricultores y productores de leche estadounidenses. De hecho, el Gobierno estadounidense anunció el lunes la imposición de tarifas a la madera canadiense y amenazó con hacer lo mismo con productos lácteos de Canadá. La madera y los derivados de leche no están cubiertos por el TLC.

Ayer, la realidad económica que supone la integración entre los tres países lo obligaron a moderar su postura.