alfonso solorzano
Foto: Cortesía

En los últimos días se han perpetrado varios ataques terroristas a lo largo del territorio turco, la mayoría de ellos perpetrados por el PKK (partido de los trabajadores kurdos) un grupo separatista en favor de la región de Kurdistán, aunque también varios de ellos han sido ejecutados por grupos jihadistas que operan en las fronteras de Iraq y Siria.

La república de Turquía goza de una posición sumamente estratégica en el medio oriente, es un territorio que limita al este con irán y Azerbaiyán, al sur con Siria e Iraq, al norte con el Cáucaso, y al oeste con el sur de Europa, por lo tanto estos elementos convierten a Turquía en el puente que conecta Asia Menor con distintas áreas de la Europa Continental.

A su vez, esta posición estratégica ha permitido al gobierno turco un doble beneficio económico, ya que además de servir de paso para las mercancías procedentes del medio oriente hacia Europa, cumple también con una función inversa pues también facilita la interacción de los estados europeos con las naciones del medio oriente y por supuesto Turquía aprovecha esta situación.

En las últimas décadas Turquía ha tenido interés en ingresar a la Unión Europea debido a los beneficios que este bloque económico ofrece, sin embargo la Comunidad Europea ha estado colocando trabas para evitar el ingreso de Turquía, argumentando que el gobierno turco aún continua implementando políticas contrarias a los principios de la Unión Europea, como lo son los derechos humanos y otros temas por el estilo, sin embargo la verdadera razón es precisamente por el temor de que Europa se vea inundada por oleada de personas del medio oriente, ya que Turquía tiene actualmente más de 77 millones de habitantes, número superior a la mayoría de las naciones que son parte de la Unión Europea, además de que la cultura turca es muy diferente a la de los europeos, especialmente en lo que respecta a la influencia religiosa.

Turquía ha estado aplicando en estos últimos años, sobre todo con su actual presidente Recep Erdogan, una política exterior del tipo mercenaria, en especial a raíz de la guerra civil Siria y del surgimiento de ISIS. Muchas ONG acusan al gobierno de Erdogan de permitir la operación de grupos contrarios al régimen sirio en territorio turco, señalando que en su momento Erdogan buscaba la caída del régimen de Siria, también fue el gobierno turco el responsable del derribo de un avión caza ruso, lo cual propicio que Rusia rompiera relaciones diplomáticas momentáneamente con Turquía.

Así mismo, Turquía siempre mantuvo una política de acercamiento con EUA e Israel, además de ser parte también de la OTAN, permitiendo a los miembros de esta coalición usar bases militares en territorio turco para bombardear zonas controladas por ISIS y Al-Qaeda.

Pero a mediados de este año, la política exterior turca ha vuelto a cambiar a raíz del intento de golpe de estado que impulsó fallidamente un grupo de oficiales del ejército contra el gobierno turco. Este evento distanció gravemente a Erdogan de los gobiernos occidentales y por lo mismo terminó acercándose a los gobiernos de Irán, Rusia y Siria, quienes anteriormente habían sido rivales políticos, mostrando así el oportunismo del presidente turco.

Esta política mercenaria ha permitido a Erdogan posicionar su gobierno ante la comunidad internacional, y aunque tal política no es bien vista, ha permitido a Turquía convertirse en un actor trascendental no solo en el Medio Oriente sino en el propio occidente.

Esto no quiere decir que no habrá consecuencias para Turquía, ya que aplicar este tipo de política también tiene sus riesgos; no obstante, si occidente sigue siendo tolerante con las recientes conductas de Turquía podría correr el riesgo de que su aliado principal en medio oriente se vuelque completamente contra ellos, lo cual haría aún más complicada la situación en medio oriente.


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