Desde el año 2021 a la fecha, siete alcaldes michoacanos de distintos partidos han sido asesinados y un presidente electo permanece desaparecido.
Morelia, Michoacán.-La violencia política en Michoacán ha cobrado la vida de siete presidentes municipales desde 2021, además de mantener sin rastro al presidente electo de Penjamillo.
El hecho más reciente fue el homicidio de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, quien perdió la vida tras un ataque armado en el centro de la ciudad. Manzo había llegado al cargo sin partido y era considerado uno de los liderazgos locales más visibles en la región.
En febrero de 2022 fue asesinado Enrique Velázquez Orozco, presidente municipal de Contepec y militante del PRI, localizado sin vida en una comunidad rural después de haber sido reportado como desaparecido. Un mes más tarde, el 11 de marzo, el alcalde de Aguililla, César Arturo Valencia Caballero, del PVEM, fue atacado a balazos mientras circulaba por su municipio.
La presidenta municipal de Tepalcatepec, Martha Laura Mendoza Mendoza, murió el 17 de junio de 2023 tras ser agredida frente a su vivienda. La edil había sido postulada por Fuerza X México y posteriormente se identificó con Morena.
Durante 2024 se registraron tres nuevos casos. El 1 de abril fue asesinado Guillermo Torres Rojas, edil de Churumuco, quien militaba en Morena tras haber pertenecido al PRI. Dos meses después, el 3 de junio, la presidenta municipal de Cotija, Yolanda Sánchez Figueroa, del PAN, fue ejecutada en su municipio; en 2023 había sido privada de la libertad en el estado de Jalisco y liberada días después.
Ese mismo año, el presidente municipal de Tacámbaro, Salvador Bastida García, del PT, fue ultimado a tiros. Con su muerte se elevó a seis el número de alcaldes michoacanos asesinados hasta ese momento.
A los homicidios se suma la desaparición de Gilberto Mejía Salgado, presidente electo de Penjamillo por el Partido Encuentro Solidario (PES), visto por última vez el 29 de junio de 2021, cuando un grupo armado lo obligó a subir a una camioneta. Desde entonces no hay resultados sobre su paradero.
Las agresiones contra alcaldes y presidentes electos en Michoacán han ocurrido sin distinción partidista ni geográfica. Los municipios afectados se distribuyen en distintas regiones del estado y reflejan el riesgo que enfrentan las autoridades locales al ejercer sus funciones.