¿Y el tema de la inseguridad en las campañas?
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Francisco Lemus | @pacojlemus

Aunque la inseguridad es uno de los temas más preocupantes de México, la realidad es que poco se trata en las muy prematuras campañas que hoy estamos presenciando, más allá de la solución militarista ya normalizada por izquierda y derecha, si es que en verdad existen estas distinciones entre los candidatos de la política meramente electoral.

Junto con la economía, desde hace casi dos décadas la inseguridad se ha vuelto una de las principales preocupaciones de la mayoría de los mexicanos, sin embargo los políticos en campaña prefieren hacer de cuenta que no está sucediendo. Solamente cuando pueden utilizarla para atacar a alguno de sus adversarios.

Que el ejército sea el cuerpo indicado para llevar a cabo el negocio de la lucha contra la delincuencia es un tema que parece no estar a discusión entre los políticos. Entonces las propuestas se limitan a cosas tan absurdas como responsabilizar a las micheladas de un problema que ya es estructural de México.

Del lado del partido en el poder se ha optado por hacer de cuenta que el problema no existe, o que seguir haciendo lo mismo que se ha hecho en los últimos 17 años ahora sí va a funcionar, porque el color del nuevo partido es la solución que todo México esperaba.

Nada se dice de la participación de autoridades y de empresarios en el jugoso negocio del crimen organizado. Ya no es solamente la producción y contrabando de drogas, ahora son una serie de actividades ilegales que tienen a todo México secuestrado. Pagar cuotas y derecho de piso se ha convertido ya en la cotidianidad para una parte creciente de la población.

La inoperancia de la Fiscalía -otrora Procuraduría- General de la República es la misma de los últimos sexenios. La impunidad sigue siendo la norma, muy cercana al 100%, y cualquiera que haya ido a denunciar un delito sabrá que los primeros en convencer al afectado de que no vale la pena hacerlo, son los funcionarios de las procuradurías locales.

A esto hay que sumar que toda la política está contaminada por el dinero y los intereses de los miembros de la delincuencia organizada, que los millones de pesos de los delincuentes circulan en cada elección para que los políticos puedan montar sus respectivos espectáculos.

Los grandes empresarios mexicanos tampoco dicen mucho al respecto, fuera de los lugares comunes, no parecen muy preocupados por el tema, mientras que la mayoría de los pequeños empresarios tienen que pagar un impuesto a los delincuentes o pagar las consecuencias hasta con su vida.

Pero si pusieran en marcha acciones radicales para romper con las prácticas de lavado de dinero, seguramente varios se sentirían agredidos en sus derechos más elementales para practicar la “libre empresa”.

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Tendremos que conformarnos con el circo de siempre, mientras que cada semana recibimos también una dosis de terror por medio de noticias cada día más salvajes y amarillistas que en la mayoría de los noticieros se frivoliza y transcurre a la par del escándalo o chisme de la semana o como se dice en las redes sociodigitales: el mame del momento.