Alcaldes y diputados locales de Morena, “cooptados por gobernadores”: Monreal
Foto: Cortesía

El Presidente nunca ha dialogado con la oposición desde que llegó a Palacio Nacional. Una omisión injustificada que refleja el carácter excluyente de la 4T.

AMLO gobierna para lo que llama “el pueblo organizado”. No escucha a los que no votaron por él. Polariza con su discurso. Dice que los opositores son conservadores, corruptos, cínicos, fifís.

El diálogo con la oposición, que recrearía un microcosmos de la sociedad, le daría al Ejecutivo la posibilidad de retroalimentarse. Pero no le interesa.

Juan Carlos Romero Hicks, coordinador de los diputados del PAN, le hizo un llamado al diálogo. Pero en Palacio ni lo oyen, ni lo escuchan.

¿Qué hacer ante esta incierta situación? Preguntamos a destacados opositores. Todos coinciden en un objetivo:  Crear un bloque único para enfrentar a Morena y sus aliados en 2021.

Los senadores Mauricio Kuri, PAN; Juan Zepeda, MC; Miguel Mancera, PRD, coinciden en que no hay de otra.

Dice Zepeda: “Si para Andrés todos los opositores somos conservadores, somos los fifís que no queremos el desarrollo del país, si ya nos etiquetó, cumplámosla.

“Tenemos que hacer un bloque único para el 21 y con mucha responsabilidad, así lo demanda el país, presentar candidaturas únicas competitivas contra lo que presente Morena”.

Sabe que se le puede venir un “juicio” por estas declaraciones. “Pero hoy el país ya no necesita tibios. Hoy requiere calientes o fríos”, subraya.

Y Kuri: “Se tiene que buscar que haya un verdadero contrapeso en el 21. Esa tiene que ser la Cámara de Diputados… El 18 fue un sacudidón para todos. Había mucha frivolidad por parte de los partidos, incluyendo el mío. Escándalos de corrupción en el partido que dejó el poder. Eso nos llevó donde estamos.

“Es importante estar cerca del ciudadano. Si esto indica que se junten, que haya  coaliciones entre partidos antagónicos, adelante”.

Mancera: “Lo que va pasar en el 21 no lo tenemos claro. Pero como se están dando las conformaciones en las Cámaras, los diálogos entre las fuerzas políticas, no sería extraño que se diera  una suma de fuerzas. Si se despojaran de cuestiones rígidas sería bueno”.

  •  Romero Hicks, por cierto, es uno de los mencionados en la conspiración investigada por “el Cisen de las redes sociales” que, hoy sabemos, encabeza Alejandro Mendoza en la Secretaría de Seguridad Pública.

Los otros “conspiradores”, según el funcionario, son Aurelio Nuño, exsecretario de Educación, y Luis Calderón Zavala, hijo de Felipe y Margarita.

A este último se le atribuye un papel clave en la difusión de los hashtags #PrensaProstituida, #PrensaSicaria, #PrensaCorrupta, que fueron tendencia la semana pasada.

Zavala conminó al Presidente a no utilizar a su vástago para esconder su fracaso. “Me siento agraviada por este abuso de poder”, le dijo a Patricia Betaza, conductora del IMER.  Calderón de plano calificó de “cobardía inadmisible” la mención su hijo.

Romero Hicks y Nuño desmintieron lo señalado en La Mañanera por Mendoza.

  • La 4T aborrece los contrapesos. Éstos se han visto debilitados, infiltrados, descalificados: división de poderes, Poder Judicial, libertad de expresión, Banco de México, órganos autónomos.

La Iglesia ha sido discreta. Ha habido críticas al gobierno en el Semanario Desde la Fe, pero nada que inquiete al cristiano tabasqueño.

El Ejército es institucional. Está muy lejos de tentaciones golpistas. Pero hay señales de inconformidad que han llevado al Ejecutivo a colocar en el imaginario popular la idea de un golpe de Estado.

Pareciera que esta idea nace del discurso del general Carlos Gaytán, otrora subsecretario de la Defensa, en un desayuno encabezado por Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena. No le perdona Gaytán haber dicho que la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda.

Ni que haya destacado que los frágiles contrapesos existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que propicia decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad.