Del modelo económico a la falta de estrategias gubernamentales ante el Covid-19
Foto. Marx Aguirre Ochoa

Después del Covid-19, el país  y nuestro Estado, enfrentarán una severa crisis económica, si no es que ya ha empezado, los impactos económicos en la producción, empleos, turismo, servicios podrían ser devastadores para todos.  Por eso, hoy más que nunca, se deben replantear estrategias de desarrollo económico e implementación de políticas públicas que permitan la generación de soluciones y respuestas verdaderas.

Para empezar, en México, en ninguna de las entidades de la República se ha dado un análisis y un debate sobre la utilidad de adaptar las estrategias de desarrollo nacional, a las características y condiciones de cada lugar, con el objetivo de hacerlas más eficientes y otorgar una cohesión mayor al país, a partir del reconocimiento de su enorme riqueza natural, étnica y cultural. Cada región tiene su necesidades y problemáticas diferenciadas, por lo tanto las politicas públicas deben ser  por región y por sectores.

Tratándose de la economía, una misma estrategia y un mismo modelo, han sido impuestos como razón natural  a la organización del trabajo y de la vida, sin considerar el potencial de aportaciones que existe en cada una de las partes que componen el todo.  El modelo económico es un ejemplo claro de ello y por eso conviene hacer algunas referencias.

Para clarificar el ¿por qué de las cosas?, la historia comienza con la economía mixta, creada en el curso de la etapa constructiva de la Revolución Mexicana, que otorgó al Estado el papel fundamental en el desarrollo, tanto en su promoción y conducción, así como en la distribución de sus resultados de acuerdo con los compromisos sociales de la propia Revolución.  Ello no significaba la cancelación de la llamada iniciativa privada, en contraposición de la iniciativa pública, reservándole áreas específicas para su desenvolvimiento.  Inclusive, el gobierno se propuso en algunos momentos, el objeto de formar el sector privado de la economía y llegó a afirmarse allá  por los años de la década de los cuarentas que México necesitaba de muchos millonarios, de muchos empresarios.

Tampoco el “modelo mixto” excluía al sector social, representado en el campo por los ejidos y comunidades y en el sector industrial y de servicios por las cooperativas.  Los tres sectores funcionaron adecuadamente y el país tuvo crecimientos espectaculares.  El problema surgió con el cambio de modelo, que condujo a la cancelación del sector estatal de la economía y la entrega de la responsabilidad del desarrollo a los particulares bajo las reglas del libre mercado.  El sector social sufrió una feroz embestida de la que dan ejemplo los ejidos y comunidades, en tanto que las cooperativas y otras formas de organización utilizadas por pequeños productores y trabajadores, iniciaron procesos  de paulatino debilitamiento.

Sin embargo, ante las actuales circunstancias que vive el Mundo, el país y el estado,  debemos reconocer las responsabilidades de cada quien; si al individuo corresponde la responsabilidad de todo cuanto se hace, al gobierno como representante del Estado en tanto forma de organización política,  le corresponden las tareas de crear las condiciones para que  los individuos cumplan con lo que se espera de ellos.  Esto significa que el gobierno tiene que hacerse cargo de construir estrategias que beneficien a toda la sociedad, debe hacerse cargo de la capacidad del mantenimiento del “Estado de Derecho”, de gran facilitador de bienestar para su población, procurando una economía fructifera y equilibrada en igualdad de circunstancias, con mismas oportunidades y garante de estabilidad social.

Simultáneamente, el gobierno debera aumentar los planes de atención para  absorber  los aspectos de mayor desequilibrio social como la educación, la salud, alimentación y apoyo para la producción de subsistencia, en el marco de políticas públicas, para la detonación economica,  para el combate a la pobreza y  el mantenimiento de las condiciones minimas de una vida con dignidad.  Es un gran reto para los gobiernos, pero es su función, es su obligación, como garantes de “Derecho”, para establecer las mejores alternativas de solución ante crisis como las que estamos viviendo actualmente, no se pueden “echar culpas” ya, se tiene que poner a trabajar la imaginación, la innovación, la capacidad, la destreza para solucionar las crisis.  No hay “hilos negros”, las soluciones existen y hay que ponerlas en marcha en conjunto con la socieda civil, que ahora juega un gran papel de facilitador de estrategias.

Es entonces: ¿cómo? el  gobierno dispondra  de márgenes de participación, con capacidad  para hacerse cargo de las soluciones y  para  realmente incidir en los rediseños estructurales para liberar energías de impulso al desarrollo y abatir las grandes desigualdades sociales que se vendrán todavía más.  De lo que se trata, sería de exigir la verdadera intervención del gobierno en la generación de soluciones  para todos. La falta de una estrategia multidisciplinaria en el país es evidente, ni por aquí, ni por allá, no se ve una estrategia definida para afrontar el terrible escenario que depara al país, con acciones aisladas y sin concrención.

En el caso de Michoacán, es imprescindible y urgente una verdadera estrategia transparente y transdisiplinaria.  Habrá que organizar un “consejo económico” ex profeso, de expertos para esta crisis, para sacar adelante las ideas y la experiencia, para poner a trabajar un programa al alcance de todos, de créditos, de trabajo temporal, de subsidios y  de concientización social.  Existe el cuerpo de la estrategia, más le hacen falta las manos y los pies para dar ese “orden” tan esperado.  El   confinamiento obligado, debería llevar más planeación en la implementación, al menos un mecanismo que demuestre la justificación de la salidas, sea por trabajo, salud, compras o lo necesario, el orden lleva orden también, y evitaría actos de abuso y corrupción, insistimos, no es dificil, se esta implementando ya en otros paises,  “el hilo negro”, ya se encuentra.

Bienvenidas todas las acciones gubernamentales y en hora buena para la superación de la crisis profunda en la que se encuentra la entidad.  El campo, la industria, las empresas, los servicios, el empleo, las inversiones, la competitividad, los estados de ánimo de su población, la enorme potencialidad creativa de los michoacanos, todos, lo agradecen, sólo faltaría definir acciones con mayor  planeación y estrategia, estamos muy a tiempo.

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