Marx Aguirre Ochoa
Foto: Marx Aguirre Ochoa Columna / Contramuro

Desarrollar el potencial de la mujer y su autonomía son condiciones esenciales para hacer realidad una sociedad en la que haya igualdad entre hombres y mujeres, tales condiciones deben impregnar las estructuras políticas en todo nivel.  Aún cuando las mujeres constituyan por lo menos la mitad del electorado, hayan logrado el derecho a voto en casi todos los países del mundo y hayan dado pruebas de su competencia en materia de toma de decisiones en la vida pública, siguen teniendo una representación minoritaria en casi todos los niveles de organismos gubernamentales y legislativos.  Habría que analizar a profundidad, cual es el verdadero papel que estamos jugando las mujeres en la actualidad, ¿los cambios se han dado en circunstancias iguales?, ¿las condiciones de vida han facilitado la participación? ¿se vive mejor en los aspectos de salud, empleo y familia?, ¿disminuyó la violencia?.  La respuesta es que no, todavía no se ha cumplido nada de esto.

La incorporación del enfoque de género para el desarrollo del país, busca construir relaciones de equidad y solidaridad entre hombres y mujeres.  La participación igualitaria de la mujer en la toma de decisiones de la vida económica, política y social es fundamental para lograr una sociedad en equilibrio, que implica forzosamente desarrollo y disminución de la violencia.  Esta participación debe ir integrada por una estrategia de atención especifica a la mujer con políticas que tendrían por objeto poner en práctica medidas de naturaleza organizativa, educativa, logística, entre otros,  como la provisión de servicios de asistencia en diversos aspectos al niño y a la madre, así como la realización de reuniones políticas en horas que sean compatibles con las responsabilidades de familia, y el cumplimento de la democracia paritaria en todos sus órganos de dirección, al tiempo que incorporen la perspectiva de género como instrumento para trabajar por la igualdad entre mujeres y hombres, entre otros.

Será crucial, cambios estructurales urgentes, que impliquen un nuevo reordenamiento juridico  y de politicas publicas que garanticen la seguridad a todas las mujeres, que permitan el desarrollo de la mujer con seguridad,  servicios de salud estatal especializado en la mujer, generación de empleos, así como  un cambio del modelo educativo que incorpore equidad de género y derechos humanos en los niveles primaria y secundaría,  para incidir en la formación de las nuevas generaciones.  

La participación es una  condición previa no sólo para asegurar que los intereses de la mujer sean tomados en cuenta por los gobiernos y la sociedad, sino también para fortalecer los procesos  y acciones a favor de la mujer y hacer que ella funcione de forma eficaz para el bien de todos, sin duda,  la participación de la mujer en la  toma de decisiones esta obligada para garantizar la paridad de género.   Ahí el gran reto para seguir ampliando los conocimientos y  tecnologías, dejando a un lado la apatía, la ignorancia y la falta de voz.  

Reconocemos los importantes pasos dados en materia de equidad de género, sin embargo, se necesita hacer mucho más de lo realizado hasta ahora y se hace evidente que una política que genere igualdad, requiere de una estrategia para inducir cambios de larga duración, lo que implica una revisión a fondo de las maneras de poner en vigor estrategias políticas para la atención de la mujer, junto con la adopción de medidas para fomentar los nuevos roles del hombre y la mujer, para romper paradigmas en un contexto todavía de “machismo”,.

Parece prioritario, no dejar a un lado el hecho de que cada sociedad, cada cultura, en particular la mexicana, deberá tomar en consideración las formas de vida y valores que son propios a los diversos estratos de la sociedad para proporcionar la condiciones indispensables y necesarias sobre los elementos para la formulación de una política pública igualitaria que, efectivamente facilite a la mujer el acceso a los medios de trabajo y a los salarios en condiciones de libertad, de seguridad, de igualdad,  semejantes a las del hombre. Muchas deudas, muchos pendientes por resolver, en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.