Desilusión y desanimo como estrategia política (Parte VI)
Foto. Cortesía

Concluyendo el periodo de Vicente Fox Quesada, hundiendo la ilusión y el ánimo de cambio social, se llevaron a cabo las elecciones del domingo 2 de julio de 2006, en donde participaron Roberto Madrazo Pintado por parte del PRI-PVEM, Andrés Manuel López Obrador por parte de PRD-PT-Convergencia, Felipe Calderón Hinojosa por parte del PAN, Patricia Mercado Castro por el entonces partido político Alternativa Social demócrata, (hoy desaparecido) y Roberto Campa Cifrián por el partido Nueva Alianza (hoy también desaparecido).

Dicha elección dio el “triunfo” a Felipe Calderón Hinojosa, con un margen del 0.58 % de diferencia entre él y Andrés Manuel López Obrador, ello según el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación (TEPJF).

Sin embargo, ante dicho “triunfo”, el 1 de diciembre de 2006 la manifestación se presentó con una toma de protesta que no duro más de 5 minutos; con silbidos, silbatos sonando, entrando por la puerta trasera, entre jalones, resguardado por el ejército y la bancada del PAN, él mismo, Felipe Calderón se puso la banda Presidencial y se tomó protesta. 

Acto seguido, el día 11 de Diciembre de 2006 en Apatzingán Michoacán llegan 6500 tropas de policía federal y 45 mil soldados, ello para dar inicio a la “guerra contra el Narco”. Marcando la historia por las desapariciones forzadas, los asesinatos, los “embolsados”, los “colgados”, así como los atentados públicos; distintos eventos fueron sumamente lamentables para la población en general, en donde el entonces presidente Felipe Calderón asumió la perdida de la vida como “daños colaterales”.

El día 15 de Septiembre del 2008 en pleno festejo del 198 aniversario del “grito de Independencia”, en el centro histórico de Morelia, se perpetraron ataques terroristas, dejando como saldo según cifras oficiales 132 heridos y 8 muertos de los asistentes al festejo, impactando directamente en las dinámicas familiares a partir de los heridos y las pérdidas de sus seres queridos. Las consecuencias tanto físicas como  amínicas, así como en el imaginario colectivo del pueblo, víctima de la violencia desatada fueron y han sido evidentes en las conductas sociales.

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Los atentados se llevaron a cabo con conocimiento del gobierno estatal en turno, dirigido entonces por Leonel Godoy Rangel, pues según documentos oficiales se puede confirmar que existieron 5 llamadas telefónicas advirtiendo del hecho que estaba a punto de ocurrir, las llamadas fueron realizadas a la PGR, PFP, CISEN, SEDENA, SEMAR y protección civil. 

Así mismo, probablemente uno de los hechos más lamentables ocurridos en este sexenio fue lo sucedido el 5 de junio de 2009, pues  49 menores fallecieron, 24 niñas, 25 niños, todos entre 5 meses y 5 años de edad, existiendo además un número indeterminado de victimas lesionadas como consecuencia del incendio de la guardería ABC.

En la ciudad de Hermosillo, Sonora, cerca de a las 14:45 horas una guardería subrogada por el IMSS se incendió como consecuencia de un fuego generado en la bodega contigua, dicha bodega pertenecía a la Secretaria de Hacienda. Según testigos y vecinos el incendio fue de tal dimensión y la construcción de la guardería estaba construida tan irregularmente que resultaba imposible sacar a los niños, las ambulancias fueron insuficientes y los niños eran trasladados a los hospitales en patrullas y carros particulares.

En el caso de la guardería ABC donde quedó evidenciada la situación de inseguridad para los niños, las prácticas irregulares, la corrupción en la subrogación, así como incumplimiento de diversas obligaciones en casi todas las guarderías subrogadas por el IMSS.

Así mismo en enero de 2010, 60 jóvenes que celebraban una fiesta fueron atacados por un grupo de civiles armados, en esos hechos 15 personas perdieron la vida y los restantes sufrieron heridas graves, pero lo más doloroso, quizá fue la declaración del entonces Presidente de la Republica, “si los mataron es porque algo andaban haciendo”, dejando ver insensibilidad, así como falta de empatía ante las víctimas y los fallecidos.

Posteriormente, el día 22 de agosto de 2010 en Tamaulipas, en el municipio de San Fernando, 72 migrantes, 58 hombres y 14 mujeres fueron secuestrados por la policía municipal, para posteriormente ser asesinados por integrantes del cartel de los Zetas.

De tal suerte, que el sexenio vivido en nuestra patria entre 2006 a 2012 estuvo marcado por la corrupción, los desaparecidos, los asesinatos, la muerte y el terrorismo de estado; dejando al final del sexenio una cifra de más de 122 mil 500 personas asesinadas, iniciando así el periodo más violento y sangriento en la historia reciente de nuestro país.