Foto: Ismael Díaz

Llegó la hora de alzar banderas y gritar en una sola voz ¡Viva México!, llegó la hora de convivir en familia, degustar exquisitos platillos tradicionales y embriagarse ¿por qué no? es 15 de septiembre por la noche y en la cartera los morelianos no parecían estar dispuestos a escatimar.

Eran las 10 de la noche y en el Centro Histórico la cosa iba tranquila, la respuesta de los ciudadanos parecía no ser la esperada, pese a que posterior al Grito de Independencia La Banda el Recodo aparecería en el primer cuadro a eso de las 12 horas, minutos más minutos menos.

La poca afluencia en el primer cuadro de la ciudad no fue motivo para contagiar apatía entre los presentes, pues a los alrededores de la Catedral de Cantera Rosa se escuchaban canciones del “Chente”, Juan Gabriel y una que otra de El Recodo, pues se preparaban para lo que venía.

En los portales no había espacio para “el colado”, todas y cada una de las mesas que se ubican en ese característico espacio estaban reservadas, o simplemente ocupadas por quienes no esperaron la noche para empezar la celebración patria; aunque con el paso de los tragos pocos se acordaban de enaltecer el periodo de nuestra historia conocido como la Guerra de Independencia, el cual arrancó sobre la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo dio el llamado “Grito de Dolores” y concluyó el 27 de septiembre de 1821, para consumar así la emancipación del país.

Fue una noche sin ley, pues pese al exhaustivo operativo que se desplegó a lo largo y ancho del Centro Histórico, los morelianos y visitantes que tomaron como destinó turístico a la capital, transitaron con cerveza en mano sin problema alguno.

El centro de Morelia también sirvió como terreno para reunir a las familias, pues chicos, medianos y grandes iban y venían por las principales calles del primer cuadro con banderas en mano y maquillados con los colores patrios.

En medio de la fiesta y el júbilo que se vivió en el primer cuadro, la asistencia no respondía y ya eran las 10:30, hora en la que ya tendrían que estar abarrotadas las calles del Centro Histórico, pero no, los fantasmas de aquel 2008 parecían tomar vida.

Llegó la hora pues, y el ¡Viva México! retumbó en lo alto de la capital, todos en una sola voz. El grito de los presentes inundó la ciudad. El final fue el esperado, pues de último minuto la Avenida Madero se llenó para que posterior al Grito de Independencia se disfrutara del concierto que ofreció La Banda el Recodo.


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