Alcaldes y diputados locales de Morena, “cooptados por gobernadores”: Monreal
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El gobernador del Edomex pidió que se aclararan los señalamientos de Jiménez Espriú contra su padre

Difamar es fácil. Lo hemos visto. Basta un micrófono, una mañanera y colaboradores que desinforman. Pedir disculpas por una calumnia es un poco más difícil. Se necesita valor.

Por eso aplaudimos el gesto del presidente López Obrador con la familia del fallecido exgobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo González.

Pero condenamos la ligereza de Javier Jiménez Espriú, titular de la SCT. Este hombre dijo que el finado exmandatario mexiquense fue  “asesor”, junto con Alfredo Elías Ayub, en el proyecto del Aeropuerto de Texcoco.

No está de más recordar que la obra fue abandonada cuando llevaba más de un 30 por ciento de avance, con el alegato de que era un monumento a la corrupción.

Alfredo del Mazo Maza, actual gobernador del Edomex, pidió que se aclararan los señalamientos de Jiménez Espriú contra su padre.

“Se hizo una revisión de documentos y, en efecto, él no tuvo que ver con lo del proyecto de Texcoco”, reconoció López Obrador, aunque aclaró que Alfredo Elías Ayub, sí.

Y más: “No queremos difamar a nadie. No aceptamos aquello de que la calumnia cuando no mancha, tizna”.

La disculpa fue aceptada por el gobernador mexiquense. No sólo se reunió en Palacio Nacional con AMLO, sino que posteó en Twitter que suma esfuerzos con el Presidente para que le vaya bien a México, a los mexiquenses.

En serio problema está metido el PRI. El INE cotizó el costo de la organización de la elección para renovar a la dirigencia nacional del partido en 230 millones de pesos.

El monto de las prerrogativas del partido este año es de 849 millones de pesos. Se iría en la consulta poco menos del 25 por ciento. Financieramente, quedaría asfixiado el partido. No habría lana para operar.

El lunes hay consejo político. Se tomarán definiciones. Pero si no hay acuerdo, el CEN del PRI tomará la decisión de qué hacer. Lo deben reflexionar. Si se cambia el método de elección para evitar el fantasma de la quiebra, habría un costo político mayor. La militancia se sentiría defraudada.

De por sí muchos se pasaron con Morena, o de plano no votaron en las pasadas elecciones. “Están encabronados porque no se les toma en cuenta”, explicó Ivonne Ortega, una de los 6 aspirantes a ocupar la presidencia del CEN.

Otra bronca es el padrón. Hay “afiliaciones indebidas.” Oficialmente, el PRI tiene 6.5 millones de militantes. Si el INE organiza los comicios van a quedar al descubierto las irregularidades. Otra multa. Menos recursos.

Del tema del padrón hablamos con la priista yucateca, quien ha recorrido varias veces el país para reunirse con priistas de base. Nos dice que los programas sociales de AMLO han inhibido afiliaciones al tricolor. ¿Motivo? Temen quedar excluidos del reparto de recursos.

Según Ivonne, el ritmo de afiliaciones es de entre 3 y 5 personas diarias. Son 110 mil los nuevos priistas. Se suman 34 mil que han refrendado su militancia. 144 mil en total.

Por eso desecha las versiones de que el gobernador de Campeche, Alejando Moreno, otro de los aspirantes a la dirigencia del PRI, afilió a dos millones de nuevos militantes para asegurar el triunfo. Pero, además, sostiene que afiliarlos, vía reparto de recursos, no garantiza los votos. 

Ganará, dice Ortega, quien sepa cuántos votos necesita, dónde están y cómo los llevará a votar.

Mientras AMLO insiste en que es posible crecer al 4 por ciento promedio durante su sexenio, y que bajará a la mitad los delitos, en el extranjero califican los objetivos establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo de “poco realistas”.

“El plan es vago y con objetivos generales que podrían servir como una forma de entender hacia dónde se dirigen las políticas del gobierno, pero al final no necesariamente limitará las decisiones que el gobierno toma para avanzar”, dicen los expertos del Grupo Eurasia.

¡Tómala!