La debilidad de la alianza anti-AMLO
Foto. Cortesía

Esfera Pública Por: Christián Gutiérrez

¿Por qué es débil la alianza anti-AMLO PAN, PRI, PRD y sociedad civil? Lo son, porque no ofrecen algo mejor de lo que ya ofrece López Obrador, su partido y sus aliados PVEM y PT.

Por eso no son competitivos en este momento y por eso López Obrador sigue fuerte en encuestas.

Desde una perspectiva de marketing político, para que una marca sea elegida entre otras, debe competir ofreciendo algo que sea mejor de aquello que la marca que se desea derrotar ya ofrece.

Mientras el discurso de los dirigentes del PAN, PRI, PRD y cúpulas de la sociedad civil sea solamente de ataques, reclamos o para mostrar los errores del Presidente López Obrador, su partido o sus aliados, el discurso no encontrará eco relevante en la mente de los ciudadanos sin partido.

Piénselo usted mismo.

Lo que más le hace ruido actualmente al Presidente Obrador, es el tema del Instituto Nacional Electoral (INE), el llamado Plan B Electoral. Y si usted lo analiza con calma, esta es una narrativa que no ha sido construida por los opositores obradoristas, más bien es un tema que está impactando a los funcionarios del INE y son ellos quienes han dado la batalla discursiva en contra del régimen de Obrador. Los partidos opositores solo se han montado en la ola, lo mismo que las cúpulas de la sociedad civil.

Pero medítelo más para poderle demostrar lo que digo. En este tema del INE, qué han ofrecido los partidos opositores o la sociedad civil. En realidad, no ofrecen, solo golpean; solo han repetido lo que los funcionarios del INE están argumentando para ir a defenderse a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por ello, la política se debería entender desde diversas ópticas:
La visión del político práctico es una. Seguramente su visión se construye a partir de esquemas tradicionales, es decir, de “acuerdos” por debajo de la mesa a los que solo tendrán acceso los que están en las cúpulas, y las bases partidistas, solo servirán para que los de arriba logren candidaturas y puestos.

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Otra visión es la periodística, y en esa, los periodistas buscarán hasta obtener el enfoque noticioso o analítico que interesa al medio de comunicación para mejorar sus niveles de audiencia.
Hay otras visiones, como la económica, social, la académica, la de los encuestólogos, la jurídica, etc.

Mis ópticas, son las de la comunicación y el neuromarketing político porque a esto me dedico: soy consultor de marcas políticas y de políticos.

Por ello es que opino que el discurso de los partidos opositores y el de la sociedad civil está ausente, muy débil en el “mejor” de los casos.
Mire esto: cuando usted va a comprar unos zapatos, lleva una idea de los mismos; de inicio, sabe para qué los ocupará: para trabajar, para jugar al soccer, para correr, para la alberca, etc. Esta idea hace que usted piense, qué marca y qué zapato reúne los atributos que usted necesita; esto hará que en su mente surja la marca más reconocida (posicionada).

Con las marcas políticas es lo mismo. En 2024 habrá elecciones y desde ahora, la gente ya sabe qué necesita y a qué le teme, por lo tanto, seguramente ya piensa (por memoria) qué marca política le puede responder favorablemente. Este mecanismo es simple.

El problema es que los partidos opositores y la sociedad civil no ofrecen con su discurso y narrativas algo que resuelva, por lo tanto, no son marcas que resulten atractivas en la mente de las personas.

En fin. Los políticos de la actualidad no suelen considerar estas perspectivas de comunicación y neuromarketing político, salvo aquellos con más experiencia, recursos o la humildad suficiente para entender cómo se conquista el mercado electoral hoy en día.

Les dejo un tip y es gratis. El discurso opositor, desde ahora, lo podrían diseñar de manera acordada y presentarlo como alianza. Y ¿qué presentar? Ahí les va una fórmula sencilla:

Atributos de marca primero, y beneficios tangibles e intangibles que generarían esos atributos, después.

*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.

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