Alcaldes y diputados locales de Morena, “cooptados por gobernadores”: Monreal
Foto: Cortesía

Ricardo Anaya no le gustó que hayamos escrito que cedió espacios de más a los otros partidos de la coalición Por México al Frente con tal de que lo apoyaran para ser el abanderado presidencial de la alianza que integran PAN-PRD y MC.

Le inquieta la idea de que se extienda la percepción de que sacrificó al PAN a su agenda personal y que desde su posición de jefe de ese partido construyó su candidatura a la Presidencia de la República.

Todavía hace algunos días lo escuché declarar que la elección del candidato del Frente es democrática y que el registro para quien quisiera apuntarse está abierto hasta el 7 de enero próximo.

Cuesta trabajo digerir que el llamado Joven Maravilla suponga siquiera que nos convence de que su candidatura emerge de un proceso democrático. Su postulación es un hecho desde que se concretó al Frente.

El método para elegirlo fue el acuerdo cupular, la negociación de espacios, el toma y daca que ha metido en problemas a la coalición en estados como Nuevo León, Morelos y Chiapas —aunque en este último estado nos informan que ya hay acuerdo. Por eso hay panistas inconformes en esos y otros estados.

  •  Nos sentamos ayer a platicar con Fernando Rodríguez Doval, tiene 37 años, vocero del CEN del PAN, hombre de confianza del Joven Maravilla. Una hora de charla en el Starbucks de Campos Elíseos, en Polanco, para exponer las razones de Anaya.

“En toda negociación hay que ceder. A todos nos dolió un poquito”, fue lo primero que nos dijo Fernando, quien es de lo mejorcito que tiene el equipo de treintañeros —más Santiago Creel— que rodea a Anaya. “Vemos el Frente como un bien mayor”, agregó.

Asegura que ninguno de los tres partidos que integran la coalición Por México al Frente le gana en forma separada al PRI “y menos con tanta fragmentación”. No duda, sin embargo, que juntos van a sacar al otrora partidazo de Los Pinos.

  • Va un ejemplo más de la “democracia interna” en el PAN. El senador Juan Carlos Romero Hicks, exgobernador de Guanajuato, anunció ayer que se retira del proceso interno por no existir condiciones de equidad.

En un video que subió a redes sociales, el ahora exaspirante a la Presidencia de la República explicó los motivos de su decisión:

“Lamentablemente, ha sido evidente la ausencia de condiciones de certeza imparcialidad, independencia, objetividad y competencia para desarrollar una lucha electoral interna basada en principios democráticos.

“…La posibilidad de competir en condiciones equitativas es inexistente. En consecuencia, he decidido no seguir participando en este proceso”.

Y aun así no se va del PAN:

“La esencia de Acción Nacional nos enseña que primero están los intereses superiores de México, luego los del partido y, al final, los personales. Por eso, ratifico mi condición plena de seguir militando en este partido”.

El pronunciamiento de Romero Hicks se suma al que Margarita Zavala hizo el pasado mes de octubre, cuando anunció que se iba del PAN y que buscaría la candidatura independiente. Lo hizo en medio de acusaciones a Anaya de haber “cancelado” la vida democrática interna, y cuando era la panista mejor colocada en las preferencias electorales.

Del tema Romero Hicks habló Ricardo Anaya después de su reunión ayer con Miguel Mancera. Adelantó que hoy se va a reunir con él y que le hará una invitación para que se sume al Frente: “Espero que la acepte”.

  • Ricardo comió ayer con Miguel Mancera. El jefe de Gobierno, exaspirante a la candidatura presidencial del Frente, fue de los que se quejó del método poco democrático que se utilizó para elegir al panista. Pero ayer modificó el tono y se sumó a Ricardo:

“No hay heridas por cicatrices. Tuvimos una reunión muy productiva, cordial… El trabajo que hace Ricardo en esta etapa está dejando frutos importantes. El proyecto del Frente se consolida, gana terreno y eso es fundamental.

“Estamos hablando de un cambio de régimen, estamos hablando de un cambio en la forma de gobernar para beneficio de los mexicanos”, puntualizó.

  • Hace muchos años que conozco a Alejandro Gutiérrez. Fue en San Lázaro cuando era diputado federal, en la década de los noventa. Y no sólo lo conozco, sino que le tengo estima. Es un próspero empresario de Coahuila que ligó su suerte política a la de Manlio Fabio Beltrones. Fue secretario general adjunto del CEN del PRI cuando el sonorense era el presidente nacional.

No es un hombre sin escrúpulos que se preste a cualquier cosa. Por eso me sorprendió la nota de Reforma con los señalamientos de Jaime Herrera Corral, exsecretario de finanzas de Chihuahua, en contra de Gutiérrez.

Lo ubica como pieza clave en la triangulación de 250 millones de pesos de la SHCP de Videgaray a campañas del PRI en estados gobernados por otros partidos. Dice que
César Duarte, Chihuahua; Javier Duarte, Veracruz; y Egidio Torre, Tamaulipas, pactaron con Manlio esa triangulación

Un día antes de su captura intercambiamos mensajes con él. Éste fue el diálogo.

-¿Cómo está lo de Reforma?— preguntamos a Gutiérrez.

-Estimado Pancho, aparte de él —Herrera Corral— no conozco a ningún funcionario o exfuncionario de finanzas de Veracruz, Tamaulipas, como afirma. A él lo vi dos veces para el PEF. Me propuso una base militar de más de 200 (millones de pesos) que no pasó por falta de soporte y pidió sustituirla.

Luego se pregunta: “Y si eso —la declaración de Herrera— fue hace seis meses ¿Por qué lo filtran ahora?”.

Alejandro destacó: “No hay que olvidar que Herrera es un testigo protegido que está en nómina”.

Ayer fue vinculado a proceso.