Foto: Contramuro

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Morelia, Michoacán.-El escenario está listo, la tierra del tequila y del mariachi reciben a un Monarcas-Morelia que viene a enfrentar a una escuadra conformada por 11 mexicanos, ellos son el Club Guadalajara.

En la explanada se siente la fiesta de esa final, pocas casacas amarillas se pueden observar ya que hoy las playeras a rayas son locales. El ambiente de fiesta se hace presente, los aficionados uno a uno van ingresando a un estadio cuya cualidad se nota el modernismo en su infraestructura.

Estamos hablando de la casa del Rebaño Sagrado.

En la zona de medios, la prensa nacional, así como la internacional poco a poco se van preparando para llevar la cobertura de tan esperada final. El partido comienza en punto de las 21:06 horas y podemos escuchar al estadio unirse en una sola voz: Dale Chivas, hoy tenemos que ganar.

Al pasar el tiempo no puede llegar ese tan ansioso invitado de nombre gol. Los nervios se apoderan de los jugadores y de la afición que sufre y nos dejan ver reflejada la pasión en las tribunas.

Tras 94 minutos de una batalla entre ambas escuadras llega lo que nadie quería, el cobro de las penas máximas desde el manchón de los 11 pasos. La copa se buscará a través de los penales.

Chivas es el primero en tirar y al fallar su primer intento, los morelianos se llenan de esperanza en su guardameta, pero la historia no estaba escrita ya que el equipo de los michoacanos no aciertan tres de sus cobros, así es como llega esa tan anhelada copa a manos del Club Guadalajara.

Los festejos no se hicieron esperar, cantos, lágrimas y gritos de euforia envuelven al estadio chiva, a lo lejos se puede apreciar la entrada de un nutrido mariachi haciendo honor al triunfo que obtienen en su tierra.