alfonso solorzano
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Recientemente el presidente de los EUA, Donald Trump, ha señalado que su país no se saldrá del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por el momento, ya que prefiere dar paso a unas negociaciones con Canadá y México antes de romper con el mencionado tratado.

Lo anterior contradice la postura que durante mucho tiempo Trump mantuvo en su campaña, indicando que el TLCAN había sido uno de los peores tratados en la historia de EUA. Al parecer presiones tanto internas como externas influyeron para que Trump tomara la decisión de permanecer momentáneamente en el mencionado convenio. Sin embargo debe mencionarse que esta situación puede también servir de lección tanto al nuevo mandatario estadounidense como a la clase política de EUA en general.

La lección que contiene la nueva decisión tal vez parezca algo poco hablado por los grandes expertos del comercio y la política exterior, sin embargo  no puede pasarse por alto, y ésta se refiere  al hecho mismo de que el mundo entero está cayendo en cuenta de que no requiere a Estados Unidos para seguir funcionando.

Quizás hasta todavía el 2008 EUA mantuvo un cierto nivel de hegemonía política y económica mundial. Sin embargo desde la crisis que se generó en ese mismo año, EUA ha ido cediendo involuntariamente el espacio político-económico global a nuevos actores internacionales.

Entre estos últimos destacan la Unión Europea, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y las naciones en desarrollo como Turquía, Vietnam, Indonesia, Chile, Colombia, Argentina, Costa Rica y México, así como también países desarrollados como Japón y los “tigres asiáticos” como Singapur, Corea del Norte y Taiwán, entre otros. Todos estos actores internacionales se han posicionado en puntos clave del desarrollo económico global y algunos incluso han trascendido al plano de la toma de decisiones políticas estratégicas en la arena internacional.

Desde luego, esto no significa que EUA ha quedo sin ninguna influencia en los sucesos mundiales, pues la nación estadounidense aún tiene un peso muy importante en el mundo. No obstante, lo que sí debe reconocerse es que ya han dejado de ser indispensables en el movimiento del mundo.

Esto quizá no ha sido completamente asimilado por parte de la gran mayoría de la población del planeta, pues realmente con Obama , quien practicaba más la negociación que la exigencia, no parecía notarse mucho; pero ahora que Trump está ejerciendo el poder tratando de imponer sus deseos sobre el resto de la comunidad mundial, está quedando demostrado que el mundo ya evolucionó al punto que no se está dispuesto a ceder fácilmente ante la presión de una nación superpotencia como lo es EUA.

Sin duda alguna un aislamiento económico y/o político de EUA, como lo ha propuesto Trump reiteradas veces, si afectaría en un primer momento al crecimiento mundial y a la política internacional, pero finalmente el mundo parece estar desarrollando estrategias en caso de que esto ocurra, es decir, la comunidad internacional ya no cree que EUA deba ser un factor permanente en la política global.

Al final Donald Trump y EUA deben ya entender que se encuentran en la segunda década del siglo XXI, y no en la década de los cincuenta donde EUA era la nación más industrializada y avanzada de la posguerra y donde por supuesto era completamente trascendental en la toma de decisiones mundiales.

Ahora el mundo ha cambiado y ya parece no haber una nación que sea completamente necesaria para el desarrollo mundial, tanto político como económico.