En esta semana, se consumó el tan esperado destape del precandidato del PRI a la nominación Premium para las próximas elecciones de 2018. Y como muchos nos los esperábamos, el candidato es el Dr. José Antonio Meade Kuribreña, pese a las aspiraciones de otros contendientes como los actuales Secretarios de Gobernación, Salud, Educación Pública y Turismo; pese a las dudas razonables de la militancia de antaño del partido en el gobierno y de la oportunidad histórica de la nueva generación de priistas que permitan continuar con las reformas estructurales impulsadas en los últimos 5 años; y, pese a las descalificaciones de propios y extraños que cuestionan la posibilidad de que los llamados tecnócratas accedan nuevamente a dirigir los rumbos del país desde Los Pinos y no sólo a las sombras como se dice lo han hecho hasta la fecha desde finales de los años 80.

Al Dr. Meade le quedan aproximadamente 185 días para ver si es adoptado y arropado por una militancia que pese a su tradición de disciplina y lealtad institucional, no ve con buenos ojos que un “No Priista” los represente y sea su candidato en la próxima contienda electoral. Lo que trae de nuevo a los reflectores un problema estructural de fondo, la división entre la cúpula y las bases. ¿Será que los acuerdos de los dirigentes locales y nacionales serán acatados sin objeción por las bases que tanto se han quejado de que sólo los usan y no les dan su lugar? ¿Será que el partido que ha formado a los principales actores de la clase política en nuestro país, los cuales se acomodan los colores según sus circunstancias e intereses, necesite a un cuadro de fuera porque no hay mano de donde salir bien airados con sus cuadros y su militancia? He aquí el primer reto del Dr. Meade. Un reto nada sencillo.

En este sentido, después de la fiesta y la novedad de la noticia, de su registro como precandidato en el PRI, inicia el tiempo de las definiciones. La primera gran definición, que desde mi punto de vista, debe realizar el Dr Meade es si su propuesta de gobierno para los próximos 6 años representa el mantenimiento del status quo o un cambio radical con la actual administración del Presidente Enrique Peña Nieto. Por lo que, se debe tomar un punto claro del rumbo al que nos llevaría votar por él como candidato antes de entrar al terreno de la rumorología, la especulación infundada o de las descalificaciones. Y esto implica definir posiciones respecto al combate a la corrupción, en casos particulares como las observaciones detectadas por la Auditoría Superior de la Federación en la revisión de la Cuenta Pública o sí investigará el tema de la Casa Blanca de nueva cuenta, a lo que con mucha razón podría argumentar que ya es cosa juzgada.

¿En este momento la palabra Meade representa Continuidad a lo que se ha hecho bien en los gobiernos de México (panistas o priistas) o Cambio a lo que no se ha hecho bien en todos los ámbitos y niveles de gobierno con un dosis de honestidad, capacidad y profesionalismo que su trayectoria dentro del sector público le acredita como la mejor carta del PRI para las próximas elecciones; o, más aún, si su candidatura representaría la Complicidad, tanto con unos y con otros, la del operador técnico al que recurren azules o por tricolores para tapar o arreglar las cosas cuando salen o andan mal. Es muy prematuro tomar una posición absoluta al respecto, pero es la oportunidad del Dr. Meade de mostrarnos sus cualidades y plantearnos sus ideas, proyectos y propuestas que lo hacen único y, desde mi perspectiva, la opción mesurada para frenar al populismo irresponsable.

Esperemos que pronto el Frente Opositor, la coalición antigobierno, un frente con apellido ciudadano, nos muestre sus cartas y permita que el electorado cuente con otra opción capaz de formar un gobierno. Será en ese momento que la tercia de ases se destape y veamos sí el Dr. Meade es continuidad de lo mismo (con diferente empaque), el cambio que México necesita o la complicidad con la “mafia del poder”. Desde una perspectiva positiva y por lo que alguna vez tuve oportunidad de trabajar en el sector hacendario, cuando el Dr. Meade lo encabezaba, me consta su gran calidad humana y su compromiso por este hermoso país. Sin embargo, en este momento hay que entrar a las definiciones y ello dará a muchos temas de análisis. Por lo que, antes de caer en descalificaciones o dejarse llevar por la reproducción indiscriminada de infundios, esperemos al debate de las plataformas, las propuestas, los principios y las posiciones, en donde, estoy seguro que habrá mucha tela de donde cortar y la participación del Dr. Meade le dará un toque muy especial.

ernesto_unam@yahoo.com.mx