Después de la liberación del Doctor José Manuel Mireles Valverde, tuve la oportunidad de verlo, escucharlo y platicar con él en una reunión informal. Me sorprendió que a pesar de sus problemas de salud, se ve entero y descansado, pero intranquilo por la inseguridad que continúa en el estado y el país.

Estuvo tres años incomunicado, así que comparte su historia con muchas ganas para recordarnos cuál es nuestra realidad. Es una historia desgarradora, que la cuenta con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos. Menciona la experiencia  que vivieron, durante muchos años, los habitantes de Tepalcatepec, y de otros municipios sometidos y presionados por el crimen organizado y la complacencia de los gobiernos en turno: amigos, familiares y personas conocidas día con día sufrían levantones, secuestros, extorsiones, violaciones y asesinatos, por el simple hecho de no querer arrodillarse; los siguientes, sin duda, serían muchos de los que decidieron tomar las armas para defenderse si no actuaban en el momento.

Mireles no es un delincuente. Él fue el Doctor del pueblo; el que salvaba vidas; el que regalaba medicamentos y consultas a los más necesitados; el que se ganó el respeto, cariño y reconocimiento de las personas por su labor. Por ello y mucho más,  José Manuel Mireles Valverde se convirtió en el líder natural del movimiento de las autodefensas legítimas. Nunca renunció a su responsabilidad profesional: trabajaba como Director del Centro de Salud de 7 de la mañana a 3 de la tarde, su tiempo libre, todas sus tardes y sus noches las dedicaba a defender a su gente.

Las preguntas que todos nos hacemos son: ¿qué sigue para Mireles? y ¿cuáles son sus planes? Sin pensarlo, la respuesta es que la lucha debe continuar, pero de forma pacífica, sin armas y con autodefensas de la paz. Consciente de la situación que atravesamos, la lucha de Mireles está´enfocada en generar conciencia social, a no esperar al 2018 para que los ciudadanos nos demos cuenta que de seguir permitiendo que nos gobiernen los mismos de siempre, no hará que las cosas cambien.

Mireles está libre y no descansará hasta que Michoacán se convierta en un estado justo. Los ciudadanos estamos cansados de la violencia, la inseguridad y la incertidumbre. Hoy, el llamado es que seamos soldados de la paz.