Los empresarios pidieron que el gobernador no dé su “brazo a torcer” y no entregue plazas automáticas
Morelia, Michoacán.- “Estos chantajes de los que somos víctimas los empresarios y la sociedad bebe terminar, hoy es el momento de hacerlo si el gobernador no se echa para atrás”.
Así lo declaró el presidente de la asociación de Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico (Covechi), Alfonso Guerrero Guadarrama, quien pidió al gobernador no dar su brazo a torcer con las peticiones que piden los normalistas que están en el plantón del Centro Histórico.
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En ese tenor, Guerrero Guadarrama refirió que los comercios y negocios del Centro Histórico pierden hasta un millón y medio pesos en ventas, debido al plantón que se instaló, pero enfatizó que están dispuestos a soportarlo si con ello, se acaban los “chantajes” de los estudiantes y egresados.
“Está bien que estos cuates se queden ahí obstaculizando y haciendo daño, pero que el daño que nos están ocasionando tenga frutos positivos para toda la sociedad, que ya se resuelva esta situación de una vez por todas”.
Alfonso Guerrero Guadarrama, presidente de la asociación de Covechi
Y agregó:
“Estamos respetos a tolerar el daño, pero que no se negocie por abajito de la mesa ni en lo oscurito, ningún privilegio o situación que sea irregular, ya es tiempo que esto se termine, estos chantajes de los que somos víctimas los empresarios y la sociedad deben terminar”.
Alfonso Guerrero Guadarrama, presidente de la asociación de Covechi
Alfonso Guerrero, declaró lo anterior al señalar que si el gobernador en alguna mesa de negociación, cede a los “chantajes” de los normalistas como la no aplicación del examen Ceneval y la entrega de plazas automáticas a los egresados para que se levante el plantón, el daño causado a la economía local, será en vano.
“Hoy es el momento en el que podemos hacerlo, pero que el gobernador no se vaya a echar para atrás”.
Alfonso Guerrero Guadarrama, presidente de la asociación de Covechi
Y es que los jóvenes han declarado que no levantarán su plantón en tanto la utilidad no les resuelva sus peticiones; y esta manera de presión es recurrente entre el sector magisterial y normalista para conseguir que se dé salida a lo que el empresario calificó como “chantajes”.