El formato permitió un ejercicio de mayor diálogo entre los candidatos
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Mérida, Yucatán.- Las descalificaciones entre los candidatos presidenciables nuevamente fueron el tema central del tercer y último debate que organizó el Instituto Nacional Electoral (INE), antes del próximo 1 de julio, cuando los mexicanos acudan a las urnas a emitir su voto, es decir, no se volverá a ver a los cuatro abanderados juntos, hasta ese domingo en las boletas electorales.

Los temas de crecimiento económico, pobreza y desigualdad, educación y ciencia y tecnología, debieron ser los torales en el tercer debate de los presidenciables, pero se adentraron como en los otros dos ejercicios en “sacar los trapitos al sol” y descalificar a sus oponentes; a diferencia del primero y el segundo, el candidato de la coalición “Todos por México”, José Antonio Meade Kuribreña, estuvo más participativo, incluso en las acusaciones.

Tal como lo ha reiterado la iniciativa privada, “México está diagnosticado, pero los candidatos no nos dicen los cómos resolver dichos diagnósticos”, esta noche se demostró, pues los cuatro presidenciables reconocen las mismas problemáticas en y de México, pero sus propuestas para resolverlas fueron incluso, “irrisorias”.

Desde otorgar tabletas y teléfonos inteligentes a todos los jóvenes de México, hasta insistir en la pena capital de “mochar manos”. Pero ninguno “le entró”, según algunos especialistas, a los temas importantes y que tienen que ver con el aumento a sus presupuestos, por ejemplo la ciencia y la tecnología, en donde ahí, los propios candidatos reconocieron que es México uno de los países que menos recursos invierte.

En el tema de educación, tres de los abanderados estuvieron de acuerdo en que continúe la Reforma Educativa, uno de ellos señaló que se le podrían hacer modificaciones, de tal manera que se “regrese el poder a los maestros” y un cuarto candidato, se opuso totalmente y dijo que de ganar la elección, se anulará dicha ley y se establecerá un nuevo modelo que sea verdaderamente educativo.

El tema de la corrupción (aunque no fue uno de los temas base), nuevamente salió a relucir y con él, la serie de acusaciones entre Ricardo Anaya Cortés, Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade, quienes se acusaron entre ellos de ser “punteros” en este rubro. El abanderado de la coalición “Por México al Frente”, fue “incisivo” contra López Obrador, quien también escuchó “ataques” de parte de Meade Kuribreña y con pocos argumentos trató de escapar de sus dichos.

Los representantes de los candidatos en mesas de análisis coincidieron en que el formato fue “mucho mejor” que los anteriores, incluso criticaron la actitud de los moderadores que “cortaron” los diálogos fuertes entre candidatos, tal como pasó entre Anaya Cortés y López Obrador, cuando el primero retó al segundo y hasta le retó a que de comprobarle la corrupción, renunciara a la candidatura. Destacó también el “regañó” que le hicieron a Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” por sacar y ver su teléfono celular.

Los cuatro presidenciables tuvieron su última oportunidad de exponer juntos ante los mexicanos sus propuestas, que fueron más críticas al sistema actual que proyectos concretos para mejorarlo. Al final Anaya y Meade se enfrascaron en un diálogo en el que el panista reconoció que podría no ganar la elección e incluso, que el priista estaría por encima de él. Y El Bronco, consciente o inconscientemente dijo: “En Nuevo León no queremos la refinería, para que lo tomes en cuenta, Andrés”.

Ireri Piña es licenciada en Periodismo, reportera de Educación, Turismo, multifuente. Contadora de historias y causas sociales; michoacana, moreliana