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En la formación de los futuros abogados es fundamental que las escuelas y facultades de derecho incluyan en sus programas educativos  cursos en el arte de la retórica, entendida  esta como el arte de convencer o de persuadir.  En el ejercicio de la carrera de Licenciado en Derecho, específicamente cuando se opta por ser abogado, el letrado requiere necesariamente de los elementos mínimos para persuadir, ya se trate de convencer de una postura al tribunal en la audiencia oral o bien de convencer a un cliente de los beneficios y ventajas de tomar la asesoría legal que se ofrece.

Modernamente se introduce con gran fuerza el tema de la argumentación jurídica como algo indispensable para todo abogado, para ello se requieren conocimientos especializados en el tema que se trate de defender o de argumentar;  hoy,  no se entiende el ejercicio profesional de los juristas sin tener conocimientos amplios sobre este tema, que podríamos considerar deriva del arte de la retórica.

La propia Suprema Corte de Justicia de la Nación implementa cursos sobre argumentación jurídica para que sus operadores, jueces y magistrados emitan sentencias y resoluciones debidamente fundadas y motivadas.

El abogado, el juzgador, el académico, el servidor público, el notario y todos los demás profesionistas con formación de Licenciados en Derecho hoy tienen la necesidad de contar con herramientas para convencer y persuadir, esto con elementos y con base teórica.

Para debatir se requieren conocimientos profundos sobre cada uno de los tópicos o temas que se proponen en la mesa de la discusión. No se entiende el ejercicio profesional sin tener la formación en el arte de la argumentación jurídica.

Esto viene a colación precisamente por la polémica que muchos temas jurídicos generan, y más entre abogados, que apasionados por su profesión asumen posturas diversas sobre los asuntos que se someten a discusión.

La polémica se da precisamente en los temas controvertidos y cuando se asumen posturas diferentes sobre los mismos.

Es sumamente enriquecedor cuando los participantes tienen los elementos necesarios para debatir y polemizar, para argumentar y sostener con razones y elementos normativos sus posturas.

El arte de la retórica, la polémica, el debate se da principalmente entre abogados, es la única profesión en la que ocurre con tanta pasión.

El dominio de la ley es requisito indispensable para poder debatir y argumentar, no se entiende la polémica si no se tienen los elementos necesarios sobre cada uno de los temas, sino será solamente pérdida de tiempo. Se puede recurrir por supuesto a la lógica, pero es necesario el sustento teórico del tema a discutir.

Así, polémico,  es el tema de los “precios cero pesos”

Debo aclarar que se trata de una vivencia personal, de la discusión sostenida con algunos colegas en relación a este controversial tema. Voy al hecho concreto.

Entre abogados discutíamos temas jurídicos, al final de la reunión el colega  Rodolfo García, estudiante del Doctorado Interinstitucional, manifestó “hace unos días, una empresa dedicada a la venta de café, estuvo vendiendo sus productos en cero pesos, y varios clientes compraron productos por un monto aproximado al medio millón de pesos, la transacción bancario se realizó y recibieron un correo electrónico informándoles que su pedido estaba en camino. Cero pesos fue el cargo”

Con ese supuesto de hecho procedimos a la polémica, algunos colegas argumentaron que la empresa estaba obligada a sostener la transacción, porque inclusive el movimiento ya se reflejaba en el estado de cuenta  del comprador. Con el producto en camino, ya no había para donde se hiciera la empresa.

El tema se polemizó en el momento que alguien argumentó que realmente el cargo “cero pesos” no puede obligar a la empresa, ya que no existe la entrega de una contraprestación en dinero como sucede en todas las compraventas; que la empresa estaría obligada en el supuesto que hubiera un cargo real, aun cuando fuera un centavo.

La retórica, la argumentación y la polémica se hicieron presentes. La defensa de una y otro postura, apasionados por el tema, cada uno con elementos de fondo y de lógica jurídica.

Se dijo que la compraventa de estos productos es un acto jurídico y que el mismo requiere de requisitos de existencia y validez, que al no hacer cargo alguno con menoscabo monetario al comprador, entonces habría un error y la voluntad estaría viciada y que en dicho supuesto la empresa no podría sostener la compraventa, porque podría argumentar vicios en la voluntad.

Nos remitimos a la jurisprudencia y a la regulación del comercio electrónico y poco pudimos obtener. Lo cierto es que “el precio cero pesos” muchas veces constituye estrategia de publicidad de las empresas.

Algo nos queda claro, en el supuesto de que la trasnacional no sostenga el contenido de la compra, entonces la PROFECO, deberá actuar para sancionar.

A los polemistas nos quedó claro la importancia de la persuasión y de la argumentación jurídica, lo que evidentemente agrega un alto grado de dificultad al ejercicio de la profesión.

Por lo pronto “el precio cero pesos” seguirá en la polémica, dará para muchas discusiones, de eso estoy seguro.

emartineziv@hotmail.com


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