foto: Cortesía

La victoria de Donald Trump no fue inesperada como mucho se ha dicho; por supuesto que tenía todas las posibilidades de ganar porque era un candidato fuerte y con mucho dinero. No debe sorprendernos su triunfo, tampoco debe extrañarnos que cumpla lo que prometió en campaña.

Al fin los gringos pueden hacer lo que quieran en su territorio y no podemos oponernos, por más que nos resulte incómodo.

Aclaro que no soy racista ni xenofóbico, pero la palabra “gringo” se encuentra normalizada en nuestro lenguaje para referirnos a los anglosajones que vinieron a invadir el norte del continente hace ya algunas decenas de años y hoy habitan los Estados Unidos de Norteamérica.

Y sí, admiro a los norteamericanos que enaltecen la buena vecindad y han demostrado estar a la altura de una relación tan compleja como la que se mantiene entre ambas naciones. Pero son muy pocos.

No debe caernos de raro que se incluyan miembros del Ku Klux Klan en el gobierno de Trump. Reitero, pueden hacer lo que se les venga en gana, porque además, siempre han actuado de la misma manera.

Resulta increíble que a muchos mexicanos nos preocupara el resultado de sus elecciones cuando deberíamos ocuparnos por lo que sucede en nuestra patria.

Por supuesto nos preocupa y debe ocuparnos lo que les suceda a nuestros connacionales que habitan en ese país. Pero debe quedarnos muy claro que nada bueno podemos esperar de los gringos.

Y debe quedarnos claro que la administración de Obama ha sido la más nefasta de todos los tiempos en materia de migración, así lo indican las cifras de deportaciones, solo que fue muy político y supo manejar su imagen demostrando amabilidad con los migrantes; nada más falso y cargado de una alta dosis de cinismo.

En verdad, no podemos esperar nada bueno de ellos, y esa debe ser la premisa para reinaugurar las relaciones que se mantienen con ellos en todos los ámbitos.

Creo firmemente que ha llegado la hora de actuar con dignidad y con nacionalismo. La patria debe estar en primer lugar y por encima de cualquier interés particular. No podemos, en aras de una supuesta relación comercial, sacrificar los intereses legítimos de México, como ha sucedido en otras ocasiones.

Recordemos que derivado de acuerdos entre ambas naciones, nuestro país tuvo que ceder gran parte de su territorio. Como haya sido, era parte de México y fue anexado al actual territorio gringo.

Cada vez más los recursos naturales son explotados por empresas de los gringos ante la complacencia del gobierno mexicano. La guerra por el agua en la frontera está a la vista, y pareciera que la vamos perdiendo ante la complacencia de muchas autoridades. Realmente creo que esta gran nación no debe depender tanto del vecino del norte, y debe con mucha fuerza defender lo que nos corresponde.

La historia nos muestra agravios de diferente naturaleza en perjuicio de México, esto no puede continuar; la victoria de Trump debe ser parte aguas de una nueva historia patria.

Y sí, también debemos pugnar por el muro. Si ellos quieren dividir aún más el continente, entonces debe trazarse la frontera deslindando los territorios que siempre fueron de México.

El gobierno mexicano debe ser firme. No pasará mayor cosa, podemos sobrevivir porque tenemos muchos recursos naturales. El pueblo cubano pudo sobrevivir con mucha dignidad ya varias décadas, entonces México puede más.

Tampoco trato de fomentar un discurso de confrontación, solo estoy partiendo de la realidad que nos muestra la historia de las relaciones entre ambas naciones.

No  debamos empeñarnos en quedar bien con ellos, no lo vamos a lograr, mejor vamos a quedar bien con nosotros mismos y vamos a sacar la casta.

Nuestros migrantes, por llamarles así debido a la frontera política, deben estar tranquilos porque están en territorios que por derecho natural nos pertenecen; los invasores son los anglosajones, son ellos los que deben regresar a su territorio.

Esa es la realidad. No podemos renunciar a ella y no podemos “achicarnos”, ni aquí, ni más allá de la frontera.

Su política interna es su problema, solo que no pueden deportar a los dueños originarios de esos territorios, eso debe quedarles muy claro.

Basta de gobiernos entreguistas y negociadores. El pueblo mexicano ha madurado y podemos resistir la embestida. No es deseable la confrontación, pero debemos prepararos para defensa del país.

Pueden hacer lo que quieran, solo que estamos indefectiblemente atados a un destino común. Ellos deben preocuparse, porque al final ellos son los que están demás en este territorio.

Quizás escribo con el corazón, pero no veo una razón más valedera que la que se propone.

Los gringos pueden hacer lo que quieran, pero deben calcular las consecuencias. Debe quedarles muy claro que los mexicanos ya recuperamos el territorio robado, solo es cuestión de redefinir las fronteras.

Así que hagan lo que quieran los gringos, por nuestra parte debemos prepararnos para lo peor, que de ello pueden resultar cosas mejores.

 

emartineziv@hotmail.com


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