Julio ha hecho el papel de Jesús en siete ocasiones, cada una reviste una situación especial
Morelia, Michoacán.- “Consummatum est” (todo está cumplido).
Es viernes santo y en Morelia los intensos rayos del sol caían sobre cientos de personas que llegaron a la parroquia de El Salvador del Mundo en la colonia, Juárez de la capital michoacana para ser testigos de la pasión y muerte de Jesucristo.
Ahí, Julio, el joven que representó al nazareno estuvo más de una hora recordando aquel momento cuando el Hijo de Dios fue juzgado por Poncio Pilato, Caifás, Herodes (…) soportando los azotes de verdugos, la corona de espinas y llevando la cruz a cuestas.
Una cruz que pesa más de 80 kilogramos es la que lleva Jesús, a sus costados los ladrones Dimas y Gestas lo acompañan y en un momento, Jesús cae por primera vez, pareciera que de verdad el joven no se puede levantar. Intenta y vuelve a intentar sin lograrlo.
Algunos lloran, sobre todo los niños que no alcanzan a comprender por qué le pegan a “Diosito” por qué tiene que cargar la cruz y por qué nadie le ayuda a levantarse.
Foto: Erik López/Contramuro Foto: Erik López/Contramuro
Las calles de la Juárez se ven abarrotadas, los testigos guardan silencio, oran y rezan a la voz del presbítero, Sergio Arévalo Lagunas, quien lleva el Rosario que acompaña la procesión; mujeres, hombres, jóvenes y niños miran el sufrimiento del sacrificio de Jesús.
Al llegar al momento cumbre, todos en silencio escuchan las siete palabras, se afligen al sufrir de Jesús… eran casi las tres de la tarde, esa misma hora que las Escrituras marcan como la exacta de la muerte de Cristo. En el cielo moreliano las nubes grises tapan el sol y aunque la tierra no tiembla quienes están ahí lo viven con fervor.
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, y dicho esto, Jesús expiró…
