Por tercera ocasión, según recuerda Jordi Boldó -anteriormente señaló ya había estado en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce (MACAZ), y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH)-, se encuentra en Michoacán presentando una muestra más de lo que es su carrera artística con la exposición “La memoria de las cosas”, la cual fue inaugurada en la sala 1 del Centro Cultural Clavijero (CCC).
Seguro que lo de él no son las inauguraciones, actos protocolarios y las ceremonias, pues lo que más disfruta es ver sus piezas colgadas y en solitario, también sabe que lo anterior se requiere para la promoción y difusión del trabajo, aunque lo más importante es –según sus palabras- el trabajo y el compromiso que el artista tiene, lejos de las entrevistas, las fotografías y el protocolo.
“Puede ver cada quien lo que quiera ver (en la muestra), un poquito lo que hacemos, lo que proyectamos mediante las sensaciones, el público siempre viene a complementar el trabajo de quien lo hizo y evidentemente habrá muchas interpretaciones, no sé qué vaya a ver la gente, lo que quiero es que se genere un diálogo, que lleguen, haya opiniones y discusión, no forzosamente de que les guste”, señaló el artista a Contramuro.Con una carrera de más de 40 años donde las exposiciones han sido infinidad y los ejes variados, en este momento ¿qué no pintaría Jordi Boldó?, “Lo que no sienta, pues trato de ser sincero. No me gustaría pintar ahora la realidad, es copiarla. Ese no es mi camino, prefiero inventar mis realidades, no haría desnudos, no pintaría bodegones, eso no lo haría”.
La memoria de las cosas
El Centro Cultural Clavijero solo alberga una décima parte de la colección que el artista nacionalizado mexicano comenzó a trabajar hace 10 años y en donde toca el tema de la memoria.
“Esta muestra estoy pintándola desde hace 10 años, aquí solo estoy montando una décima parte de lo que es, casi nunca puedes ponerla toda junta porque necesitaría museos completos ¿verdad? Pero en esta sala, es una pequeña selección hecha con mucho cariño de tres series que existen”.
A una década de estar enfocado en la memoria ¿por qué tanta importancia a ese tema?, “Yo creo que tenía una deuda con mi pasado, necesitaba escarbar un poquito en cosas que me dolían y otras que había olvidado, creo que no es nada original, a la gente a cierta edad, yo ya tengo 60 años, le da por recordar cómo eran las cosas en su infancia y a veces la memoria también es mentirosa cuando recordamos lo que no exactamente sucedió, ahí nos queda la imaginación y lo podemos inventar, esas dos cosas, el recuerdo y la ficción están presentes en esta muestra”, respondió Boldó.
Entre la alegría y el dolor
La exposición que estará en el Clavijero abierta al público hasta el próximo 4 de septiembre con un horario de 10:00 de la mañana a 6:00 de la tarde de martes a domingo, guarda un significado especial para Boldó, pues ella alberga distintos recuerdos significativos de su vida.
“Sí, hay recuerdos dolorosos, felices, hay de todo un poquito, y hay otras que solo son imaginación. Hay muchos cuadros que evocan de manera muy significativa ciertas cosas, hay piezas que tienen un perro, un puente y una casa, hay referencias al horizonte y al paisaje, hay varios, no puedo decir cuál es el más especial pues hay temporadas en las que me enamoro más de uno y otras de otro, según el estado de ánimo y el tiempo, no estoy cerrado”.
Agregó: “Uno de los cuadros que guarda el recuerdo más doloroso, es lo que creo cualquier persona puede sentir ante la pérdida de una persona querida, el primero que se fue de mi familia fue mi abuelo y eso fue muy doloroso para mí, eso está en uno de los cuadros que no lo quiero señalar pues es algo muy íntimo y muy personal. Y hay otros de mucha alegría que tienen que ver con el juego de la infancia, y eso por ejemplo es la pieza de cerámica que está al centro de la sala y muestra un juego muy libre, espontáneo”.
Boldó aceptó que las obras deben de transmitir sentimientos, no importa si sean de rechazo, fastidio, alegría o de gusto, pues lo que desea es que la gente se acerque al arte.
“Esa es una de las intenciones del artista (generar reacciones), por supuesto la parte del público es importante, pero la más importante es el compromiso con uno mismo de quien hace las cosas, lo importante es lo que yo también sentí y lo que intenté transmitir a la sociedad cuando estaba haciendo el trabajo, y ese creo yo es el trabajo de todos los artistas, buscar una identidad, una propuesta”.Sus inicios
Con un carácter sencillo y atendiendo a todo aquel que se le acercara, así fueran extraños que desde lejos lo observaban para ver si él era el artista que habían visto en la publicidad y que ha logrado exponer en Estados Unidos y Europa, Boldó platicó a Contramuro un poco de su trayectoria, sus gustos y sus inicios en el arte.
“Mi interés por la pintura surgió desde la infancia porque me gustaba jugar con los materiales, con el color, con las piezas, pero no se formalizó hasta que entré a trabajar a la imprenta. Yo llegué al camino del arte no por la Academia, yo no estudié artes, yo estudié economía pero mi formación se hizo a través de la imprenta Madero en la Ciudad de México”.
Agregó: “Ahí se editaban todos los catálogos y libros de los artistas internacionales de los años 60 y 70, y eso fue lo que a mí me acercó al mundo de la cultura y del arte. En ese tiempo me llamó la atención toda la generación conocida como de Ruptura, todos los que estaban en el muralismo mexicano que era un camino que no dejaba a la juventud ir por ese camino, y también me influyeron mucho los pintores norteamericanos en un viaje que hice a Nueva York y vi mucha cultura de ellos, los informalistas italianos, catalanes, en fin, hay mucha gente”.
Antes de terminar la entrevista, se dijo satisfecho por el interés de las autoridades por hacer itinerante “La memoria de las cosas” y no centralizarla solamente a Morelia, pues al llevarla a distintos puntos de Michoacán como Pátzcuaro, Zamora y Uruapan, además de la realización de talleres en los que él estará presente, brinda una ventana distinta a los michoacanos para que desde sus lugares de origen, puedan acercarse al arte.
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