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La próxima semana se desarrolla la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que tendrá lugar el 19 y 21 de junio en Cancún, Quintana Roo. El tema central será, generar un buen diálogo y la concertación para la prosperidad. Este espacio de intercambio político, al más alto nivel, ofrecerá una oportunidad para que la comunidad interamericana trabaje para abordar las amenazas perentorias a la democracia, el desarrollo y los derechos humanos. Es importante recordar que si no se cuenta con un diálogo legítimo, no hay democracia, y sin democracia, mucho menos habrá prosperidad.

No debemos de olvidar que el diálogo es la esencia de la democracia. Es el instrumento idóneo para superar cualquier crisis y la mejor receta para prevenir la violencia social y concertar las transformaciones que se requieren en un continente tan desigual como el nuestro.

Hay que señalar que los procesos de diálogo han servido con la finalidad de crear condiciones de gobernabilidad en entornos políticos de gran volatilidad. Dentro de esta apertura se pueden introducir cambios fundamentales, ya sea en la estructura político, administrativa, en el modelo de desarrollo o sino en el sistema fiscal.

En América Latina, cuenta con una variedad de procesos de diálogo tales son los casos: Diálogo Nacional de Nicaragua en 2005-2006. Acuerdo Constitucional en Bolivia en 2008. Pacto por México y Acuerdo por Paraguay en 2013. entre otros.

Hago votos, para que cada uno de los participantes de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), aporte las mejores propuestas, y no olvidemos que se requiere de voluntad política para dotar de contenido y compromisos concretos, y con ello lograremos acuerdos de largo alcance.

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