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Por: Gerardo A. Herrera Pérez

Jiquilpan, guarda uno de los espacios más importantes de inicios de la época Posmoderna de Michoacán. Sí, estamos hablando de la Casa Museo Atrio El Porvenir, un espacio de la sociedad civil. Un espacio que funcionó como tienda con todos los artículos necesarios para atender las necesidades de las poblaciones, desde canutos de hilo, clavos, libros, materiales de construcción, papelería variada y un sinnúmero de elementos para las necesidades.

Era un espacio, donde los dueños asistían el negocio, era un espacio donde seguramente de fiaba a la palabra, y era un espacio donde había de todo, aunque fuera poquito.

Era un espacio igualmente que no requería de tarjetas de crédito, ni estaba para que el público se sirviera lo que quisiera, no. Este espacio que no contaba con la estantería abierta al público y pago con tarjeta de crédito, fue el antecedente a lo que después conoceríamos como espacios para el consumo y el pago con tarjetas de crédito y hoy para el hiperconsumo y la hiperindividualidad.

Dos espacios que fueron propiedades de los Bejar, hoy ambos edificios en pleno centro histórico son ya espacios culturales y museográficos para la atención del público.

Lo digo, porque el pasado 3 de febrero en punto de las 17:30 hrs. dio inicio el acto protocolario al cual asistieron las y los vecinos del centro histórico de Jiquilpan y sus colonias, así como diversas personalidades que estuvieron en el presídium como: Jesús González Schmal Autoridad de la Ciudad de México, Martín Foley, Martín Feliciano, Rosario Jovanini Juan Navarrete, Efrén Hernández.

En este importante evento también estuvieron miembros del H. Cabildo del municipio de Jiquilpan y autoridades estatales, así como de distintas entidades académicas como el Campus Jiquilpan de la UNAM, del Colegio de México, de la UCEM, entre otras instancias, y desde luego de las organizaciones de la sociedad civil y de los órganos autónomos de los derechos humanos.

Cabe resaltar la participación del González Schmal quien se congratuló de estar nuevamente en el pueblo de Jiquilpan y ahora abriendo las puertas de un nuevo museo para el fortalecimiento de la cultura y el arte a la sociedad civil; él destacó la labor altruista y artística del Mtro. Béjar y del Mtro. Foley.

También González Schmal precisó la importancia de que Jiquilpan cuente con este espacio cultural Casa Museo Atrio El Porvenir, y en él, se resguarden importantes obras pictóricas que retratan el México moderno. Se sorprendió de la organización y coordinación de los arquitectos, personal operativo, curadores y demás operarios que lograron a un año una magna obra restaurada, cuya construcción del edificio es ya centenario, 1903. Este museo inicio su obra re dignificándose y dando sentido artístico y estético a las obras que en él ya se encuentran.

La Casa Museo Atrio El Porvenir, cuenta con dos plantas, la planta inferior atenderá diversos talleres, entre ellos: Elaboración de Gabanearía; la Escuela de Música Consuelo Béjar; talleres de pintura y lectura. En tanto que en la parte superior, estarán expuestas obras de la Escuela Mexicana de Pintura. Un espacio que albergará artes visuales, cultura, exposición y espacios para la lectura y el empoderamiento de la sociedad de Jiquilpan, y desde luego de los habitantes de los municipios aledaños que quisieran intervenir en los talleres y diversas actividades recreativas y formativas.

Jiquilpan avanza en su portafolio cultural, al contar ya con dos casas museos, cuyas acciones serán gratuitas, mismas que han serán fortalecidas por el Patronato de la Fundación. Ahora estos dos espacios, así fue desde su creación, están encaminados en contribuir con la sociedad y para la sociedad en su empoderamiento. Mientras más cultura, más arte, más educación, menos violencia, menos discriminación, más cultura para la paz social y la convivencia humana.

Así, después de los comentarios de las representantes de la sociedad y el gobierno, se llevó a cabo la inauguración, dándose por fin el levantamiento de la cortina de la antigua tienda, entre aplausos y muestras de cariño y lágrimas por todo el trabajo en este espacio invertido, surgieron ya los acordes de los alumnos de la escuela de música quienes en un vasto repertorio deleitaron a los presentes con melodías en lo que hoy es ya su salón de la escuela de música. Acto seguido, entraron al segundo piso para apreciar las obras pictóricas, para posteriormente hacer que los asistentes accedieran a la Plaza Pública Jiquilpan de Juárez, conocida por todos cómo el atrio de San Francisco. El evento finalizo con un brindis.

Desde mi trinchera, y como observador de los procesos de fortalecimiento de diseño, remozamiento y de curaduría, debo reconocer el gran talento y amor por este espacio que ha tenido mi estimado Octavio Meza Ortiz, a quien la sociedad de Jiquilpan aplaude por su talento, por su emoción y pasión con que ha logrado bajo la dirección de la Fundación la transformación de este espacio, me refiero a la Casa Museo Atrio El Porvenir. Un espacio para la paz y convivencia social. En horabuena.