Desplazamiento forzado violencia mujeres
Desplazamiento forzado violencia mujeres

Desplazamiento forzado no refleja realidad de violencia contra mujeres que por violencia se mueven de su lugar de origen

Morelia, Michoacán.- El desplazamiento forzado no refleja el número de mujeres que por violencia se mueven de su lugar de origen, sin embargo la realidad en Morelia, es que han llegando a la capital michoacana en calidad de huída, mujeres de países como Colombia o Cuba.

Así lo relata la titular del Instituto de la Mujer Moreliana, Nuria Gabriela Hernández Abarca en la antesala del foro “Dejando todo atrás. Violencia de Género en contextos de desplazamiento interno”, al exponer que en INMUJERIS se han recibido a mujeres provenientes de países centroamericanos, además de los estados de Querétaro, Chiapas, y Baja California.

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“Se habla del desplazamiento forzado por cuestiones migratorias y de políticas internas en los países pero, no se habla de cuando las mujeres tienen que migrar hacia otro lugar por la violencia que están viviendo”, mencionó la funcionaria en entrevista.

En el refugio capitalino se reciben a las mujeres que salieron de algún lugar por un contexto de violencia, pero “no hay estadísticas muy concretas, porque, sobre todo, la cifra negra en este tema es muy alta. Las mujeres a veces se mueven simplemente de sus lugares y no presentan denuncias, a veces ni siquiera dicen que viven violencia, pero se mueven por resguardar la vida de sus hijas y de sus hijos y de ellas mismas”.

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En este sentido, Hernández Abarca resalta la necesidad de visibilizar el tema al ejemplificar el caso de una michoacana que recientemente fue trasladada a Estados Unidos de América, ya que la amenaza y violencia que enfrentaba estaba rebasada en la entidad, pero también al interior del país.

En el refugio se han recibido de octubre a la fecha a por lo menos 6 mujeres, dos extranjeras y cuatro de otros estados de la República porque el agresor está allá, sin embargo, en muchos casos el agresor es detenido y se inicia un proceso contra él, pero la familia del agresor es la que también sigue amedrentando o amenazando a las mujeres, tema que también deja en el tintero, pues no existe dice, legislación que proteja al sector femenino de esta tipo de acoso familiar.