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Recientemente el Presidente Enrique Peña Nieto acudió a la Ciudad de Morelia para entregar apoyos económicos y de infraestructura a los productores del campo. En total hizo entrega de 500 tractores a productores del maíz y frijol, además de comprometer subsidios de hasta 200 mil pesos  para que los productores puedan adquirir su camión.

 

Estos apoyos se suman a los 428 millones 919 mil pesos que la Cámara de Diputados aprobó dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación para Michoacán en 2016. También a las diversas acciones emprendidas dentro del marco de la estrategia “Michoacán Juntos lo Vamos a Lograr”, y que han servido para el extensionismo e innovación productiva, la modernización de los sistemas agrícolas, la seguridad e inocuidad alimentaria, entre otros.

 

El campo de michoacano es un ejemplo de éxito. Gracias al esfuerzo de productores y trabajadores, a sus inversiones y visión expansionista, así como de los recursos del PROCAMPO,  nuestro estado en 2015 se convirtió en el mayor productor agrícola a nivel nacional: se cosecharon más de un millón 100 mil hectáreas, las cuales produjeron 11 millones de toneladas de alimentos y representaron un valor aproximado de 57 mil millones de pesos. De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, de la SAGARPA, es la cifra más alta en la historia de la entidad.

 

Esto demuestra que si algo funciona bien en Michoacán es su campo. Nuestra producción se ubica por encima de entidades como Jalisco, Sinaloa y Veracruz. Hoy tenemos una agroindustria de excelencia que abastece al mercado nacional y con presencia a nivel internacional. Basta recordar que ocupamos el primer lugar a nivel nacional de aguacate, con una producción de un millón 220 mil toneladas y un valor en el mercado de 17 mil millones de pesos. Podemos estar orgullosos que el 85 por ciento del aguacate es cultivado, cosechado y producido en Michoacán. También de que somos el principal exportador del fruto a Estados Unidos, Francia, Japón y China.

 

Somos de igual manera el principal productor de limón con una producción de 637 mil toneladas y un valor en el mercado de 3 mil 48 millones de pesos. Un dato significativo es que el 90 por ciento de la zarzamora que se  vende a nivel nacional es de origen michoacano. Somos el segundo lugar en el cultivo de fresa –sólo atrás de Baja California– con una producción de 259 mil toneladas y un valor aproximado de 2 mil 299 millones de pesos.

 

Faltaría espacio para indicar que también ocupamos los primeros lugares en la producción guayaba, ave de paraíso, camote, garbanzo forrajero, guaje, flor de noche buena, etcétera. Es importante mencionar que 1 de cada 10 pesos del sector agrícola a nivel nacional, lo genera el estado de Michoacán. Por si alguien tiene dudas de nuestra importancia basta decir que en nuestro estado se cultiva el 5 por ciento de la superficie sembrada en todo el país. No por nada nos llaman el “Gran Huerto de México”.

 

De allí, la importancia de que se continúen otorgando mayores apoyos al campo. Aquí tenemos una veta muy grande que debemos seguir explotando para ser más competitivos, generar mayores empleos y mejorar la calidad de vida de las familias michoacanas. Se tiene que seguir con la tecnificación, la construcción de mejores sistemas de irrigación, con la industrialización y procesamiento de los productos para darles un valor agregado. De lo anterior depende nuestro expansionismo hacia otros mercados como el europeo, asiático y Oceanía.

 

Nadie puede tener duda que hoy tenemos un campo sustentable. Los productores se merecen los apoyos estatales y federales que hasta ahora se les ha dado. Sin embargo, si queremos construir un “campo con justicia” las autoridades también tienen que voltear a ver las carencias que viven los pequeños productores, los llamados “sin tierra”, los “avecindados”, los jornaleros agrícolas, y los indígenas que se dedican a la agricultura de subsistencia. Estos grupos, por desgracia, se encuentran olvidados, viven verdaderos calvarios y están lejos de recibir apoyos federales o estatales.

 

El campo michoacano requiere un trato justo procurando las mismas condiciones de producción y apoyos que las otorgadas a los grandes empresarios del ramo; un trato justo empieza por impulsar a los pequeños y medianos productores, dándoles la oportunidad de acceder los créditos, a la tecnología y a la capacitación. Trato justo significa la democratización e igualdad en el acceso a los apoyos; en el que los indígenas también puedan progresar con el desarrollo del agro.

 

Los resultados que hemos obtenido, particularmente en las últimas dos décadas, es el mejor aliciente que debemos tener para dar los pasos adicionales. Por ello, celebro el compromiso del Ejecutivo Federal de destinar mayores recursos para la modernización de nuestro campo y agroindustria. Estoy seguro que a estos recursos gubernamentales habrán de sumarse los dineros que los propios productores aportarán para mejorar sus propios procesos. Tengo la confianza de que el campo de Michoacán se consolidará como el más eficiente, moderno y justo a nivel nacional, y también reconocido a nivel internacional como una proeza de éxito.

 

Como postre…

 

No cesa el “fuego amigo” en la casa del PRD. De nueva cuenta en senador Alejandro Encinas se lanzó en contra del gobernador Silvano Aureoles al acusarlo de “no representar al proyecto de las izquierdas”. Muchos perredistas, que incluyen a personajes como Raúl Morón, Dolores Padierna y René Bejarano, empiezan a jugar políticamente y mover sus piezas para ir cerrándole las puertas a las aspiraciones del gobernador michoacano de encabezar la candidatura presidencial del PRD en el 2018. Imagínese de todo lo que se irán acusando a partir de hoy y en año y medio cuando se defina la candidatura del Sol Azteca.