Eva 6 años prisión Michoacán
Foto.Contramuro

Eva, 6 años en una prisión de Michoacán; “soy inocente; me inculparon policías”

Morelia, Michoacán.- “Que me encierren contigo, mami”, decía su hijo adolescente a Eva, quien desde hace 6 años se encuentra detenida en una prisión de Michoacán, acusada de un delito del que se dice inocente, y del que asegura fue injustamente inculpada por su primo hermano y policías municipales del municipio de Ocampo, en 2015.

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En entrevista con Contramuro, desde el Centro de Alta Seguridad para Delitos de Alto Impacto, en Morelia, Eva, de 35 años, coloca la mirada en algún punto de su memoria, como buscando un recuerdo, y en un suspiro regresa a aquel instante en que a empujones la encañonaron, le arrebataron a su bebita de 2 años y la subieron a una patrulla.

“Me detuvieron hace 6 años; mi primo Guadalupe Cabrera Martínez me acusó de secuestro, pero no hay pruebas ni testigos en mi contra; me acusan de un delito que yo no cometí”, relata Eva Martínez Colín con el entrecejo fruncido y cargado de indignación, al tiempo que asegura que un comandante de Policía Municipal intentó extorsionarla.

En medio de la disputa familiar por un terreno de aproximadamente 2 hectáreas, Eva relató que en 2012 su primo Guadalupe agredió a su familia, acudió a su domicilio con un arma y amenazó de muerte a sus padres, e incluso intentó atropellar a su mamá para, posteriormente, decirse víctima de secuestro y señalar a Eva y su familia.

“Aquella vez llegaron los soldados, golpearon a mi papá, a mis hermanos, a mi hijo; les decían que sacaran al secuestrado; se metieron, quitaron el vidrio, hicieron y deshicieron; pero no encontraron nada; las declaraciones de mi primo tenían la intención de perjudicarnos, en venganza porque, ante su agresión yo había llamado a la Policía, y se lo llevaron, y desde ahí empezó con su falsa versión del secuestro”, narró.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

Tras una estancia en Estados Unidos, a donde Eva, madre de 4 hijos, dos varones adolescentes y dos niñas, acudió en busca de mejorar sus condiciones de vida, ante la noticia de la enfermedad terminal de uno de sus hermanos, regresó a su tierra natal en 2015, y tras 4 meses de estar en Ocampo, el 8 de diciembre de ese año fue detenida por elementos de la Policía Municipal.


La detención y el intento de extorsión de un comandante
Alrededor de las 3 de la tarde del 8 de diciembre de 2015 Eva se encontraba en casa de su abuela, quien fue la figura materna de su primo Guadalupe, cuando llegaron las patrullas y, tanto a ella como al padre de sus hijas, los llevaron detenidos a la Presidencia Municipal de Ocampo, donde la retuvieron sin decirle de qué se le acusaba.

“Me llevaron a la Presidencia Municipal, y ahí el comandante de la Policía Municipal de Ocampo, “El Pompa”, que después supe que se llama José Luis García Pompa, intentó extorsionarme, me pidió dinero a cambio de dejarme ir, me dijo que mi primo Lupe le había dado dinero por inculparme y me dijo: ´está de por medio tu libertad, tu primo me dijo: si te ofrece más de lo que yo, entonces déjala ir´”, contó:

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

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Ese mismo día, siendo ya de noche, y ante la negativa de Eva a acceder al supuesto intento de extorsión, ella y su pareja fueron trasladados a Morelia sin apego a protocolos, sin un abogado y sin saber de qué se le acusaba.

“Me encapucharon, pero podía ver a través de la tela; fue por Las Curvas del Gato, hay una gasolinera en Valle Verde, antes de llegar a Zitácuaro, uno de los policías gritó: aquí no, porque hay cámaras y hay mucha gente”.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

“Yo seguía encapuchada, entonces llegamos a la otra gasolinera, ahí no hay luz ni cámaras, ahí se detuvieron y, ¡cuál fue mi sorpresa! cuando levanté mi cara vi a mi primo, ahí estaba mi primo Lupe, yo lo vi, en un carro Jetta azul marino, con los policías; ahí, como a escondidas, me cambiaron de patrulla”.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

Dos días de tortura
A su llegada a la Unidad Especializada de Combate al Secuestro de la Fiscalía Regional de Morelia, ese 8 de diciembre fue puesta a disposición de la Unidad Antisecuestro, donde asegura que fue golpeada y torturada durante dos días para, finalmente, firmar su declaración confesa mediante engaños y sin la presencia de un abogado.

“Me golpearon, me pusieron cadenas en las manos y los pies; fui engañada; me dijeron: ´usted nada más firme, aquí está su abogado presente, usted nada más firme´, yo ni conocía al supuesto abogado y sin saber firmé mi propia acusación porque me dijeron que era mi libertad, pero el 10 de diciembre ya me estaban ingresando al Centro de Alta Seguridad para Delitos de Alto Impacto”, relató.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

El viacrucis del proceso judicial
Acusada de secuestro, con la averiguación previa 348/2015-III, su caso estuvo a cargo de la Fiscalía Regional de Zitácuaro, pero dos años después, con la causa penal 7/2017-II asumieron la responsabilidad la Fiscalía Regional de Morelia y el Juzgado Tercero Penal, del Poder Judicial del Estado; a la fecha suma 6 años en prisión sin haber recibido sentencia.

Relata Eva que desde que fue recluida en esa prisión de alta seguridad ha estudiado su expediente página por página, línea por línea, por lo cual lo conoce como la palma de su mano, y asegura que ha identificado irregularidades en el proceso judicial, principalmente contradicciones de su primo y la falta de disposición de los testigos para sostener sus primeras versiones.

“No tienen pruebas, solo su señalamiento; en los careos a mi primo yo le preguntaba y él contestaba otras cosas; él tiene 3 declaraciones desde 2012, 2015 y 2019 y él mismo se contradice; yo he metido escritos y nada funciona, puse una demanda contra “El Pompa” y me dijeron que no había ningún delito que perseguir”, expresó con frustración.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

Aunado a lo anterior, asegura Eva que la propia Fiscalía de Zitácuaro mintió en la versión de cómo, cuándo y dónde se llevó a cabo su detención, además de las circunstancias en que se dio su traslado, la firma de su declaración y la tortura física y psicológica a que asegura que fue sometida.

“Llevo 4 años con la fase de pruebas, y no pasamos de los careos; el 24 de agosto íbamos a tener los careos con mi primo y mi tía, Leonor Martínez Miranda, pero ella no se ha presentado, como que ya no se quiere meter, no se le puede localizar; ella en su momento le siguió el juego a mi primo para quedarse con el terreno, pero ella ahora se está escondiendo, porque tal vez teme las consecuencias, caer aquí por esta acusación tan grave”, dijo.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

El viacrucis de un proceso judicial estancado en la fase de desahogo de pruebas, se complica ante la falta de recursos para pagar un abogado privado, por lo que Eva asegura que enfrenta la apatía y el desinterés de los abogados de oficio, que no se dan a la tarea de leer su expediente y hallar los argumentos legales para buscar su absolución.

“Mi familia no tiene para pagar un buen abogado, aquí abogados me lo han venido a decir, y a la hora de la hora me dicen: ´sabe qué, no hay nada contra usted en su expediente; señora, solo deme para las copias´; hay licenciados que, si se pusieran a leer cada una de las hojas de mi expediente, encontrarían todas las anomalías”, expresó.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

En estos seis años de prisión Eva ha sufrido la pérdida de su padre y hermano, el primero, víctima de la depresión ante la injusticia de ver a su hija recluida injustamente, y el segundo, por causa de cáncer.

En tanto, sus dos pequeñas hijas de 6 y 8 años se encuentran a cargo de una cuñada, mientras que sus hijos de 18 y 14 años tuvieron que abandonar sus estudios y trabajar para ayudar a la abuela, quien también ya está muy enferma.

Cierta ocasión, el hijo mayor de Eva acudió a visitarla, y aferrado a su madre en un abrazo el jovencito se frotaba con insistencia el brazo ya irritado queriendo borrar el sello indeleble de seguridad estampado en su mano:

“Me lo quiero quitar para que no me dejen salir y quedarme contigo, que me encierren contigo, mami”, cuenta Eva, quien no puede contener las lágrimas al recordar la pena de su hijo por verla en prisión.

“Solo quiero poder ir a cuidar a mis hijos, verlos crecer; espero que se haga justicia; aquí yo he conocido a Dios, me he acercado mucho a él y estoy a su voluntad, pero también creo en los jueces; mientras llega la hora de recuperar mi vida, mi libertad, en este lugar soy una persona de bien, trabajo de 6 de la mañana a 7 de la noche, respeto a mis compañeras y no me meto en problemas con nadie”.

Eva Martínez Colín, Persona Privada de la Libertad

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