Las siete maravillas de Michoacán
Foto: CONAGUA

Si las siete maravillas de la humanidad fueran del estado de Michoacán, éstas serían

Morelia, Michoacán.- Por la belleza de sus paisajes naturales y patrimonio arquitectónico digno de admiración, éstas serían las siete maravillas del estado de Michoacán.

Yácatas de Tzintzuntzan

-Las Yácatas de Tzintzuntzan.

La ciudad prehispánica de Tzintzuntzan (“lugar de colibríes”) fue la capital del Señorío Tarasco, el cual abarcó casi la totalidad de Michoacán, partes de Guerrero, Estado de México, Guanajuato y Jalisco. Sus casas y edificios religiosos y administrativos estaban desplantados mediante amplias terrazas y grandes plataformas sobre las laderas de los cerros Yarahuato y Tariaqueri. En el periodo Postclásico Tardío, de 1300 a 1522 d.C., ahí habitaban los Uacúsechas –Señores Águila-, quienes gobernaron a través de una dinastía hereditaria. Contenía los espacios rituales más importantes, plazas y yácatas -basamentos piramidales-, además de ser la residencia real del Irecha o Cazonci.

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Isla de Janitzio

-Morelos de la isla de Janitzio.

Situada al sur del Lago de Pátzcuaro, la isla de Janitzio es la más grande, famosa y turística de Michoacán, porque en lo alto en lo alto de ella sobresale el monumento colosal del héroe nacional José María Morelos y Pavón, con el brazo derecho alzado en puño, donde contiene un mirador panorámico. Forma parte de la infraestructura de promoción turística y cultural impulsada por la presidencia de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940). Creada por el escultor Guillermo Ruiz, supera los 40 metros de altura y es una de las estatuas más grandes de América Latina. En su interior resguarda la obra mural de 69 paneles “Vida de Don José María Morelos”, realizada por el pintor Ramón Alba de la Canal.

Catedral de Morelia

Catedral Metropolitana de Morelia.

Edificada entre los años 1660 y 1774 en la antigua Valladolid, hoy Morelia, capital del estado de Michoacán, y dedicada a la Transfiguración del Señor. El proyecto constructivo fue elaborado por el arquitecto italiano y alarife Vicencio Barroccio de la Escayola. Es el más acabado y monumental ejemplo del estilo arquitectónico barroco tablerado y alberga preciados tesoros. Su par de torres elevadas miden 66.80 metros de altura, por ello, son las cuartas más altas de México en su tipo; mientras que la cúpula llega a los 40 metros hasta la cruz del remate, y a partir de esta estructura la cubierta luce organizada en forma simétrica.

Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe en Zamora

-Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe en Zamora.

Es el templo de mayor altura de México y el sexto de América, al poseer dos torres con campanario de 107.5 metros de altura cada una, y el santuario dedicado a la Virgen de Guadalupe más grande del mundo. El proyecto constructivo, de estilo neogótico, es atribuido al arquitecto Omar Alejandro Bautista, originario del municipio michoacano de Tingüindín. El piso es de granito en tono esmeralda importado de la India y su órgano monumental tubular fue conformado en Alemania. Solía conocerse como la “Catedral inconclusa”, ya que su construcción comenzó el dos de febrero de 1898, pero se suspendió en 1914, durante la Revolución Mexicana, pero terminada finalmente en 2008.


Santuario de la Mariposa Monarca.

La Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Bien del Patrimonio Mundial Natural, es una región montañosa y extensamente forrada de bosques de oyameles, pinos, encinos y cedros. Se ubica en los municipios michoacanos de Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo, extendiéndose a Temascalcingo, San Felipe del Progreso, Donato Guerra y Villa de Allende, en el Estado de México. Anualmente, es el destino de la ruta migratoria de millones de mariposas monarca que viajan desde las Montañas Rocosas del este de Norteamérica para refugiarse, hibernar y aparearse en territorio mexicano, luego de un extenso recorrido de casi cinco mil kilómetros que emprenden en otoño.

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-Parque Nacional de Uruapan.

Parcialmente inmerso en la mancha urbana de Uruapan, se localiza en torno al nacimiento de “el río que canta”, significado que cronistas y escritores han atribuido al vocablo “Cupatitzio”, de origen purépecha. En permanente contacto con la naturaleza, el recorrido ofrece atractivos que lo hacen el principal centro recreativo y de esparcimiento al aire libre de la región: fuentes y puentes de piedra; el mural “Eréndira”, de Manuel Pérez Coronado, que data de 1961; los estanques de la granja tutrícola, el vivero y la leyenda de la rodilla del diablo. En 1938, por decreto presidencial de Lázaro Cárdenas del Río, fue declarado Área Natural Protegida junto a la reserva forestal que lo rodea; así, entre 1947 y 1951, comenzó la construcción de los espacios turísticos que existen hasta nuestros días, para ser uno de los 40 parques nacionales fundados durante el régimen cardenista.

Lago de Camécuaro.

Localizado en el municipio de Tangancícuaro y de forma alargada, posee una extensión de 1.6 hectáreas con profundidad máxima de seis metros. En 1940 fue nombrado Parque Nacional por el expresidente Lázaro Cárdenas del Río. Se origina de la presencia de manantiales, de los cuales brotan abundantes aguas cálidas que conforman un paisaje de aspecto único, enriquecido por frondosos fresnos, sabinos y coníferas, y la presencia de garzas blancas, patos y otras aves acuáticas. Hay dos antiguos ahuehuetes que semejan un islote en el centro, al que se le conoce como “la isla del amor”. Su contenido es tan cristalino que se puede bucear y explorar a nado sus entrañas.

¿Conoces las siete maravillas de Michoacán?